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Guerra de las galaxias tiene un lado tóxico: sus fanáticos racistas

La inclusión de mujeres y actores negros es suficiente para que algunos lloren y digan que están tomando el control de la franquicia: guionista

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▲ El actor británico John Boyega ha sido víctima de ataques en redes sociales, al igual que las actrices Kelly Marie Tran, de Vietnam, y Daisy Ridley, quien incluso tuvo que buscar ayuda sicológica para sobrellevar el estrés.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de junio de 2018, p. a10

Los Ángeles

Más allá del hiperespacio, sables láser y la eterna lucha del bien contra el mal, los episodios más recientes de Guerra de las galaxias buscaron también romper el patrón para protagonizarlas.

Éxitos taquilleros como El despertar de la fuerza y Los últimos Jedi destacaron papeles como el de Rey y Finn −una mujer y hombre negros− para combatir al mismo nivel con los héroes blancos tradicionales.

Pero esta política de inclusión que se inició con la más reciente trilogía −en 2015 se lanzó el episodio siete− tiene su propio lado oscuro: el vil comportamiento de una minoría de fanáticos que asegura en las redes que su vaca sagrada ha sido robada.

“Sería injusto y muy general decir que Guerra de las galaxias tiene un problema de fanaticada. Lo que tiene es un problema con los fanáticos hombres y blancos”, señaló la guonista Kayleigh Donaldson.

Este subgrupo de devotos, a quienes se relaciona con la extrema derecha y la comunidad virtual incel −del inglés por celibato involuntario− está molesto porque siente que las películas ya no están dirigidas a ellos.

Y eso que Guerra de las galaxias está lejos de ser un ejemplo, aún en la era Disney, de la equidad de género y de la mayor diversidad que muchos en Hollywood exigen.

Incluso en Los últimos Jedi, que se puede considerar la más femenina, las mujeres aparecen menos de la mitad del tiempo que los hombres, que en El despertar de la fuerza tienen dos tercios de los diálogos.

“La mera inclusión de mujeres y actores no blancos es suficiente para que lloren y afirmen que están ‘tomando el control’ de la franquicia”, añadió Donaldson en un ensayo para el sitio especializado SyFyWire.

Sacrilegio

Los últimos Jedi en particular fue acusada de acabar el legado de Guerra de las galaxias destrozando una mitología construida cuidadosamente por décadas para promover políticas liberales.

Mientras Mark Hamill (Luke Skywalker), Adam Driver (Kylo Ren) y Domhnall Gleeson (General Hux) no han sido blanco de ataques, Daisy Ridley (Rey), John Boyega (Finn) y Kelly Marie Tran (Rose Tico), de ascendencia vietnamita, no pueden decir lo mismo.

Ambas actrices desactivaron su cuenta en Instagram, en el caso de Tran por los constantes ataques sexistas y racistas por una legión de trolls.

Su página en el sitio de referencia de Guerra de las galaxias, Wookieepedia, fue atacada por estos provocadores, cambiando el nombre de la actriz por Ching Chong Wing Tong. También fue descrita como estúpida, autista y retardada.

Ridley, por su parte, tuvo que buscar terapia para manejar el estrés, mientras el director Rian Johnson ha recibido amenazas de muerte y a Boyega lo acusan de sacrilegio desde que salió la noticia de que interpretaría a un stormtrooper negro.

Una petición que exige la eliminación de Los últimos Jedi de la saga superó las 100 mil firmas, mientras otra que exige una disculpa de Johnson superó las 10 mil.

A raya por siempre

Pero esta cultura tóxica antecede incluso a la era políticamente correcta de Disney, que compró Lucasfilm por 4 mil millones de dólares en 2012.

Jake Lloyd y Hayden Christensen, que interpretaron a Anakin Skywalker de niño y joven, salieron de Hollywood tras las burlas implacables por sus actuaciones en las precuelas del creador del universo galáctico, George Lucas.

Pero estos haters, que también criticaron las precuelas y los cambios que Lucas hizo a las películas originales, son los mismos que ahora le ruegan que salve la franquicia de Disney.

Y sostienen que su movimiento −principalmente por Twitter− llevó al fracaso al spin off sobre Han Solo.

Disney no respondió aún al pedido de la AFP de un comentario sobre el tema.

Por lo pronto, escribió David Opie de la revista en línea Highsnobiety, citando a Rose en Los últimos Jedi: “en vez de pelear contra lo que odiamos, la mejor forma de ganar es ‘salvando lo que amamos’.

“Nada captura más al espíritu rebelde que celebrar las cosas que más nos importan y tratar a los demás con respeto. Mientras sigamos haciendo eso, el lado oscuro de los fanáticos de Guerra de las galaxias se mantendrá a raya por siempre.”