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No creo que el positivo por clembuterol afecte la próxima pelea del Canelo, afirma

La corrupción impide un control sanitario y los deportistas quedamos expuestos: Bandido
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de marzo de 2018, p. a11

Llegaron de pronto, sin advertencia y de noche para hacerle una prueba clínica sorpresiva a Francisco Bandido Vargas. El resul-tado que arrojó el test en aquel 2016 fue positivo por clembuterol, sustancia anabolizante y prohibida que se utiliza para engordar ganado. El más sorpren-dido de todos fue el propio Vargas, campeón mundial superplu- ma del CMB en aquel entonces, quien participaba en un programa voluntario de exámenes antidopaje previos a la pelea contra Orlando Salido en junio de ese año.

Un día antes –recuerda hoy Vargas– había comido caldo de res. La cantidad encontrada fue de 1.3 nanogramos, rastro mínimo, pero que mereció ser monitoreado por la Agencia Voluntaria Antidopaje.

Después de que lo detectaron estuve bajo vigilancia estricta, recuerda Vargas un día después de que se difundió la noticia del resultado positivo de clembuterol de Saúl Canelo Álvarez, cuya cantidad detectada es de entre 0.6 y 0.8 nanogramos por mililitro, es decir, menor aún a la que presentó el Bandido en 2016.

Con su experiencia como antecedente, Bandido descarta que el resultado que arrojó el Canelo pueda afectar su combate del 5 de mayo ante Gennady Golovkin.

Supongo que le sucederá lo mismo que a mí: estará bajo control estricto, considera.

Para Vargas, lo lamentable es que los deportistas quedan expuestos a estas situaciones por el descontrol que existe en la crianza del ganado en México, donde a pesar de que está prohibido, se comercia por distintas vías la carne contaminada.

Lo que está detrás es la corrupción en México, considera Vargas; eso es lo que permite que no haya control sanitario en el ganado para consumo, y los deportistas de este país somos los que al final quedamos expuestos.

Una vez que se da a conocer un positivo, accidental –precisa– como el suyo, como el de Canelo, hay una reacción social que los estigmatiza, como si hubieran hecho trampa o jugado de manera desleal. Uno queda expuesto, en el ojo del huracán, agrega, pero no se piensa que todos lo estaremos mientras no haya un control sanitario sobre lo que consumimos.

De momento, como hiciera el Bandido en 2016, el equipo de Canelo se trasladó a Estados Unidos a continuar la preparación para prevenir cualquier riesgo con los alimentos.