Sociedad y Justicia
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Familias amables con sus empleadas, sólo son una imagen en portales y folletos

Las agencias que colocan a trabajadoras en el hogar las suelen dejar a su suerte

Común el abuso sicológico, económico y hasta sexual de patrones, estudio de Impunidad Cero

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Poco común, la tranquilidad de una trabajadora doméstica que realiza su trabajo de asistencia con su patrón, en la colonia PolancoFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de diciembre de 2017, p. 33

Aunque en los portales y folletos de agencias de empleo que colocan trabajadoras del hogar se muestran imágenes de familias amables y sonrientes, y empleadas contentas por realizar sus labores, esta representación idónea pocas veces coincide con la realidad.

En la mayoría de estas empresas, las trabajadoras domésticas son inexistentes a la hora de negociar su contratación y por ello una vez que son asignadas a una casa prácticamente las dejan a su suerte.

De acuerdo con información proporcionada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la República Mexicana el trabajo del hogar remunerado emplea a 2.4 millones de personas, de las cuales alrededor de 95 por ciento son mujeres, y 75 por ciento gana menos del salario mínimo, peor aún, 96 por ciento no cuenta con un contrato y la mayoría carece de algún tipo de protección social.

Lo que han visto las compañeras es que en las mismas agencias no conocen ni protegen los derechos de las trabajadoras del hogar, dijo Marcelina Bautista Bautista, una de las secretarias generales colegiadas del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, creado en 2015.

Bautista Bautista dijo que hay empresas que fueron fundadas por personas que colocaron a amigas o que eran trabajadoras del hogar, pero desconocen el número de agencias que se dedican a brindar este servicio en México o la cantidad de empleadas del hogar que las utilizan para conseguir trabajo.

En algún momento, añadió, “quisimos hacer una red con las agencias, pero decían: ¿Verdad que no hay derechos para las trabajadoras del hogar? Simplemente empezar con ese comentario es una muestra clara de que no hay mucha claridad o compromiso para asomarse a la ley y ver si estas personas tienen derechos y cuáles son”.

Ana Laura Aquino Gaspar, también secretaria general colegiada del sindicato, expuso que en estos espacios a las trabajadoras les cobran comisión por colocarlas, y a pesar de que dicen que los antecedentes de sus empleadas están investigados, en muchas ocasiones no ocurre así; llegan ahí sólo con una identificación oficial.

No existe protección para ellas, alertó, porque a los empleadores tampoco se les investiga. Uno se expone. Ignoras a qué casa vas a llegar, no sabes si realmente los integrantes de la familia son confiables.

Cuando son colocadas, prácticamente se desentienden de ellas, en el sentido de los derechos que puedan tener o darles seguimiento para saber si están bien o les gusta el trabajo, o si de verdad se está cumpliendo con lo que el empleador ofreció en un principio.

A las agencias sólo les interesan las cuotas que ganan

Tampoco cuentan con talleres para superación personal, ni siquiera para la enseñanza de sus derechos laborales, lo único de lo que se encarga la agencia es del negocio de colocación y, claro, del cobro de sus cuotas.

Bautista añadió que muchas trabajadoras se han quejado también del modo en que operan, pues incluso cuando ya están colocadas en una casa, les piden estar atentas a sus teléfonos celulares en caso de que las necesiten para otro empleo.

Asimismo, Marcelina Bautista señala que los principales actos de violencia que llegan a sufrir las mujeres trabajadoras del hogar comienza con el exceso de la jornada de trabajo, debido a la falta de un un contrato por lo que todos los demás derechos habrán de ser nulos y al final del día aquél estará interpretado desde la buena voluntad de las señoras que te ayuden en esto.

Los horarios de trabajo, los descansos u otras prestaciones quedan normalmente a la disposición de quien las contrata. En muchas ocasiones, si son de planta, no les autorizan salir de la casa, salvo para actividades que les asignen.

No puedes llamarte como mi hija

Continúa con la discriminación. Bautista Bautista narró que hace un par de meses una de las afiliadas al sindicato fue contratada y su empleadora la reconocía, le gustaba su trabajo y su actitud, pero le dijo que no podía llamarse Silvia porque su hija tiene el mismo nombre.

De acuerdo con una investigación realizada por la organización civil Impunidad Cero, los tipos de violencia más comunes que padecen las trabajadoras del hogar son la sicológica, económica y sexual.