Barcelona se llevó el primer clásico español jugado en Estados Unidos. Sin respiro y con los nervios a punto de reventar, logró vencer 3-2 al Real Madrid dentro del torneo amistoso International Champions Cup, justa de pretemporada y que sirve para apuntalar el futbol europeo en el mercado estadunidense.

Los goles para el Barcelona fueron de Lionel Messi al minuto tres, Ivan Rakitic, al seis, y Gerard Piqué, al 49. Por el Madrid marcaron Mateo Kovacic, al 13, y Marco Asensio, al 35.

El estadio Hard Rock, sede de los Delfines de Miami, fue el escenario que convocó a 65 mil espectadores que vieron con euforia a los dos de los equipos con más afición global, con entradas que alcanzaron precios de más de 5 mil dólares.

A pesar de tratarse de un torneo amistoso para apuntalar el futbol en Estados Unidos, estos clubes no se desperdiciaron. Dieron un partido delirante y vertiginoso. Como en cualquier torneo, en cualquier cancha, estos equipos hacen el futbol de otra galaxia que acostumbran. No hay segundo de respiro para nadie, ni para los jugadores de uno u otro conjunto ni para los aficionados, un parpadeo y se pierde una jugada digna de enmarcar sobre la chimenea.

Apenas tres minutos, y se hace presente la joya de la corona azulgrana, Lionel Messi aprovecha una pelota que rebota en un defensa merengue y dentro del área bombea el disparo para vencer a Keylor Navas. El primero de los catalanes.

Y tres después, otra vez es azulgrana. Aunque esta vez es un fogonazo del potencial ofensivo, Neymar desde izquierda manda el centro, Luis Suárez intuye una llegada y se luce entregando de taco, para que pareciera Ivan Rakitic para disparo cruzado y el segundo catalán.

El Real Madrid tardó 13 minutos en darse cuenta que una vez estaba frente al Barcelona. Se sacudió el pasmo y se fue al frente, Mateo Kovacic desde media luna disparó cruzado y venció al portero Jasper Cillessen para el 2-1 que dio bríos al club merengue.

El conjunto blanco tiene colmillos y están afilados. Nadie puede pensar que ante los de Barcelona están en vulnerabilidad. A los 35, un contagolpe de Asensio, pared imposible con Kovacic, devuelve y con la zurda consigue el empate.

El intermedio es urgente. Para ambos equipos y para los espectadores, tantas emociones en sólo un fragmento de tiempo deja sin aliento a cualquiera.

Al volver, otra vez Barcelona sorprende a los blancos. Lo suyo es el ataque inesperado. Neymar cobra un tiro de castigo, centra y aparece Gerard Piqué para anotar con un ligero empujoncito con la derecha el 3-2.

Marcelo estuvo a punto de empatar, entre defensas azulgranas que no resolvieron cómo detenerlo, pero que para su fortuna el disparo salió directo a las manos del portero del Barcelona.

Neymar salió del campo. Las especulaciones subieron de nivel. ¿Esa cara seria y choque de palmas con sus compañeros era una despedida del club? Hasta ahora no se sabe y todo sigue en terreno de la especulación.

Los últimos minutos fueron un asedio contra la portería del Barcelona, pero la deseperación merengue, la defensa oportuna y algo de suerte no permitió el empate.