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De nuestras Jornadas

Empresarios, hartos de inseguridad y corrupción

C

on los profesores en las calles exigiendo el pago regular de salarios, movilizaciones en Mexicali contra la privatización del agua (léase contra la instalación de la cervecera Constellation Brands) y la inseguridad en ascenso, el gobierno del estado tiene otro flanco abierto, con el sector privado. Las cámaras empresariales demandan una estrategia clara no sólo contra la violencia, sino también contra la corrupción.

Los empresarios han hecho causa común, en un intento por obligar al gobernador Francisco Vega de Lamadrid y al Congreso a respetar el carácter ciudadano tanto del fiscal anticorrupción como del comité encargado para su nombramiento, así como de los titulares de los órganos de control interno de las dependencias públicas. Argumentan que es necesario romper el círculo perverso que implica dejar la revisión del gasto público a funcionarios nombrados por el gobierno y/o los partidos políticos.

Lo ocurrido con el anterior gobierno panista de Sonora, como con los priístas de Veracruz y Quintana Roo, donde los mandatarios Guillermo Padrés, Javier Duarte y Roberto Borge, respectivamente, hicieron y deshicieron durante sus administraciones hasta que llegaron mandatarios de otros partidos y se iniciaron procesos para sancionarlos, da la razón a los inconformes: no se puede ser juez y parte.

El combate a la corrupción no debe ser confundido con ajustes de cuentas entre grupos políticos; lo que debe regir es el Estado de derecho y la transparencia, porque ¿qué ocurre en las entidades donde no hay alternancia? Muchos ex gobernadores no están en prisión gracias a que su partido retuvo la gubernatura. ¿O alguien cree que los exhibidos en Guatemala y Panamá son los únicos que se fueron con los bolsillos llenos?

Otros que están muy molestos con el gobernador son los propietarios de las constructoras Ruba, Ke Casas, Makro y Grupo Múzquiz, entre otros, porque paracaidistas invadieron 130 hectáreas en la periferia de Tijuana. Y Kiko Vega ni los ve ni los oye. ¿Tendrá que ver el hecho de que Antorcha Campesina fue aliada del Partido Acción Nacional en las pasadas elecciones municipales?