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Guadalupe Olivas Valencia había sido entregado una hora antes a elementos del INM

Tras ser deportado, connacional se arroja de puente y muere al recibir atención médica

Depresión, tristeza y desesperación afectan a quienes son expulsados, señala activista

La Jornada Baja California
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de febrero de 2017, p. 13

Tijuana, BC.

Un hombre de 44 años que había sido deportado por la garita de El Chaparral se arrojó ayer por la mañana de un puente localizado a unos cuantos metros de la puerta por donde había ingresado a México una hora antes y murió cuando recibía atención médica en el Hospital General de esta ciudad.

Identificado como Guadalupe Olivas Valencia, el connacional fue entregado a elementoss del Instituto Nacional de Migración (INM) junto con un grupo de repatriados.

La víctima llevaba una bolsa de plástico en la que autoridades estadunidenses entregaron sus pertenencias, la cual quedó junto a su cabeza cuando se impactó en el asfalto de la canalización del río Tijuana.

El puente, de unos ocho metros de altura, conecta El Chaparral con la zona norte de la ciudad, que concentra bares, cantinas, hoteles de migrantes, vendedores de drogas y traficantes de personas. Es uno de los principales caminos de quienes son entregados a México; se construyó recientemente para el paso de camiones de la ruta Troncal, un nuevo sistema de transporte urbano.

Guadalupe Olivas Valencia es uno de los más de 18 mil 700 mexicanos que Estados Unidos ha deportado en lo que va del año y que, de acuerdo con el delegado del INM en Baja California, Rodulfo Figueroa Pacheco, es un número menor a los 20 mil 892 que fueron repatriados en este mismo periodo del año pasado.

Depresión, desesperación y tristeza es el común denominador entre las personas que son deportadas por Estados Unidos; la mayoría de quienes están retornando actualmente son mexicanos que solicitaron asilo por condiciones de inseguridad en el país, explicó la trabajadora social de la Casa Madre Asunta para Mujeres Migrantes, Mary Galván Romero.

Personal de la Coalición Pro Defensa del Migrante –de la cual el albergue forma parte– ofrece apoyo a los deportados luego de que el INM verifica su identidad, coteja sus datos con una lista que le entrega Estados Unidos, informa sobre los refugios que hay en Tijuana y apoya en el traslado o llamadas telefónicas si la persona lo requiere, a través del Programa de Repatriación Humana.

Galván Romero explicó que regresan “desesperados y angustiados. Son personas que vienen huyendo de la violencia y veían en Estados Unidos su ‘tablita de salvación’; pensaban que allá no los iban a encontrar quienes los buscaban para matarlos o quitarles a sus hijos.

Están en un estado de depresión y cuando saben que no los va a recibir Estados Unidos también tienen la certeza de que no podrán regresar a su lugar de origen, concluyó.