Opinión
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Infancia y Sociedad

Perversión del feminismo

L

os anhelos de libertad, igualdad y justicia que dan origen a la lucha de emancipación de las mujeres se han perdido de vista, porque el feminismo se ha enredado en una peligrosa amistad con el capitalismo y se ha convertido en criado colaborador del neoliberalismo, para construir la sociedad de libre mercado. Esa es la visión que la feminista estadunidense Nancy Fraser, profesora de la New School University de Nueva York, publicó en la revista multinacional Sin Permiso.

Para esta especialista en teoría feminista y economía política, los ideales del feminismo sirven hoy a fines equívocos: se quiso eliminar el salario familiar, y ahora muchas familias tienen dos asalariados, pero la pobreza aumenta, sobre todo en familias encabezadas por mujeres. También se quiso lograr igualdad laboral entre mujeres y hombres y se ensancharon las puertas, pero más que igualdad se observa una competencia, a veces feroz, entre unos y otros. Se buscaba solidaridad, y el neoliberalismo indujo a la mujer a participar en el arribismo laboral. Vemos aumentar las pequeñas empresarias audaces, mientras el problema del pan y la mantequilla para todos sigue sin resolverse.

Así el neoliberalismo ya logró que el feminismo, que quería un mundo radicalmente diferente y solidario, se exprese cada vez más en términos individualistas: se ha aislado y no ha sabido articularse con otros movimientos sociales. Muchas mujeres creen que sus principales victimarios son los hombres, sin darse cuenta de que es el capitalismo el gran enemigo de todos. En México, los feminicidios son crímenes igual de terribles que los de normalistas, los de miles de torturados, masacrados y desaparecidos, pero el sistema juega con nosotras, y el resultado es un enfoque sesgado hacia identidad de género; aunque los feminicidios no se investigan lo suficiente y la mayoría queda impune. En cambio, nos dan atole con el dedo y cualquier mujer puede –si quiere– hacer gran daño a un hombre con sólo acusarlo, sin pruebas, de acoso sexual. Está documentado.

El fundamentalismo del libre mercado –concluye Nancy Fraser– nos viste a la mona de seda, a través de la narrativa de empoderamiento de las mujeres, que se resuelve a través del individualismo neoliberal en el que todos somos mercancías que compiten.

Igual que Nancy Fraser, otras destacadas mujeres del mundo están proponiendo replantear el feminismo para evitar que sea asimilado por la ideología del libre mercado. Tal vez es hora ya de que en un mismo movimiento mujeres y hombres luchemos juntos por una verdadera democracia, capaz de poner límites precisos a la voracidad criminal del capital…