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Ver día anteriorMartes 12 de julio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Reino Unido: el reto de Theresa May
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res semanas después del referendo realizado para decidir la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea –el cual se saldó con un triunfo de quienes promueven la salida del bloque de naciones–, el primer ministro David Cameron anunció que la hasta hoy ministra del Interior, Theresa May, será quien lo remplace al frente del gobierno de ese país. De esa forma se concreta una transición dentro del partido Conservador inglés (los llamados tories) que fue menos convulsa y prolongada de lo que se esperaba hasta hace unos días. En efecto, luego de que declinó el político antieuropeísta Boris Johnson –el principal promotor del Brexit–, en el partido gobernante se barajaron múltiples nombres hasta que la lista quedó reducida a dos contendientes: la secretaria de Estado de Energía, Andrea Leadsom, y la propia Theresa May.

La nueva primera ministra –segunda mujer en habitar el número 10 de la calle Downing, luego de Margaret Thatcher– será la responsable de negociar los términos de la salida de Europa luego del referendo del pasado 24 de junio. Al respecto, cabe recordar que si bien respaldó durante la campaña la postura del gobierno de Cameron en favor de la permanencia del Reino Unido en la UE, May ha insistido en que respetará la decisión adoptada por la mayoría de los británicos. Su primer reto será lidiar con los principales polos de poder en el viejo continente –concretamente, los gobiernos de Francia y Alemania– para negociar los términos de una nueva relación con el bloque que podría ser nociva y desventajosa para la economía de la isla.

Es pertinente recordar, en este punto, que la eventual salida británica de la UE deberá cubrir como mínimo una hoja de ruta de dos años de duración, como lo estipula el artículo 50 del Tratado de la UE, y que ese periodo podría prolongarse en caso de que el Reino Unido requiera de más tiempo, siempre y cuando esa solicitud se aprobada por los países miembros del conglomerado.

En el ámbito interno, la política londinense lidiará con una sociedad dividida y azuzada por las figuras y los discursos chovinistas, que durante la contienda previa al referendo del 24 de junio atribuyeron todos los males del Reino Unido a los migrantes y a Europa.

Es de recordar que la nueva premier británica se caracterizó por promover un recrudecimiento de las posturas antinmigrantes durante su paso por el ministerio del Interior. Ese rasgo en su biografía política hace pertinente y necesario que Theresa May recuerde que gobernará también para amplios sectores de la sociedad que se pronunciaron copiosamente en favor del proyecto integracionista, incluyente y civilizatorio que dio origen a la Unión Europea.

La nueva primera ministra enfrentará la difícil tarea de contener los sentimientos xenófobos y cavernarios que se han expresado en meses recientes, cuyo avance podría derivar en un pronunciado aislamiento del Reino Unido más allá de lo meramente geográfico.