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El director de Irreversible y Carne participó en el Tag CDMX

La única manera de imponerte es haciendo películas sin dinero

Las ideas de un productor hacen malas películas, dijo ante decenas de jóvenes que acudieron el jueves a la última jornada del festival

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Para el también director de Love, lo más importante para hacer cine no es leer libros de técnica, sino ver muchas películasFoto cortesía Tag CDMX
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de julio de 2016, p. 8

Para hacer cine lo más importante no es leer libros de técnica, sino ver muchas películas, consideró el director argentino Gaspar Noé, reconocido por filmes como Carne, Solo contra todos e Irreversible –este último con Mónica Bellucci y Vincent Cassel–, para quien en cuestiones de censura tienes que pensar, en todo momento, que tú tienes razón y enfrentar esas barreras sin preocuparse.

Noé cuenta con una trayectoria de más de tres décadas, en las que también ha realizado trabajo como sonidista, guionista y hasta operador de cámara; su trabajo es considerado uno de los más radicales e innovadores dentro del séptimo arte, pues siempre desata las reacciones más viscerales.

En una conferencia que ofreció en el teatro Julio Castillo, durante la segunda y última jornada de actividades del festival Tag CDMX 2016, el director oriundo de Buenos Aires y radicado en París desde su adolescencia, detalló que su acercamiento al cine empezó a temprana edad.

Cuando tenía 10 años, en mi clase había un chico que se convirtió en mi mejor amigo, sobre todo porque su tío era cajero en una sala de cine. Entonces íbamos todos los días. Me pasé dos años yendo a ver una película todos los días. En casa, mi madre era mucho más cinéfila que mi padre, y a veces necesitaba compañía y me llevaba con ella (a las salas cinematográficas) cuando tenía 10 u 11 años.

Explicó que sus estudios de cine los comenzó a los 17 años, y fue en ese periodo cuando realizó su primer cortometraje, de 18 minutos de duración y en el que actuó su padre. Tuvo mucho éxito. Hasta lo pasaron en la tele en Francia.

Sin embargo, fue en su experiencia laboral como secretario personal del director Fernando Solana, cuando descubrió qué es una filmación, el trabajo con un equipo, y me encontré en situaciones de tensión que no conocía: las económicas.

Para mí, hacer cortos era cumplir un sueño de niño. Cuando se hacen cortometrajes uno no se imagina trabajar con un salario. Se olvida de la parte del dinero, pero es necesario para lanzar la filmación, explicó.

Ante decenas de jóvenes destacó que en el periodo entre la publicación del mediometraje Carne (1991) –con el que fue reconocido en el Festival de Cannes– y su segunda cinta, titulada Solo contra todos (1998), vio que sus amigos hacían películas y les pagaban. En cierto sentido los envidiaba; dijo, pero aclaró que ellos hacían cintas que a él no le habría gustado realizar. “Es difícil hacer filmes endeudándose y mintiendo al banco, a los amigos, hasta a los técnicos. Les dices: ‘sí te voy a pagar’ y sabes que no tienes un peso”.

Enfatizó: “las ideas de un productor hacen malas películas. Las ideas de un director hacen buenas cintas, pero lo cierto es que, cuando inicias una carrera, nadie cree en ti, y la única manera de imponerte es haciendo las películas sin dinero. Así las hice un poco. Carne y Solo contra todos han tenido éxito crítico en festivales. Así pude hacer Irreversible, con un guión de tres páginas y con la solidaridad de los actores –Bellucci y Cassel– y de los técnicos”.

Entre sus trabajos posteriores a este filme destacan Enter the Void, acercamiento al mundo de las drogas y la espiritualidad, y Love, sobre el amor sexual que puede sentir una pareja.