Sao Bernardo do Campo.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, visitó ayer en Sao Paulo a su predecesor, Luiz Inacio Lula da Silva, quien la víspera fue detenido e interrogado por la policía sobre el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.

Cerca de 500 simpatizantes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) se congregaron de manera pacífica y sin opositores frente a la casa de Lula para expresarle su apoyo.

Rousseff fue acogida con vítores y consignas de respaldo por la multitud, la cual realizaba una vigilia frente al edificio en que vive el ex mandatario, ubicado en San Bernardo, en las afueras de Sao Paulo.

De acuerdo con imágenes de Tv Globo, la gobernante fue recibida por centenares de personas al grito de ¡No habrá golpe!, consigna que alude al proceso con miras a su destitución que se tramita en la cámara baja y a las demandas de renuncia de sus opositores.

Rousseff y Lula, distanciados según la prensa desde hace tiempo por discrepancias sobre el manejo de la economía, se mostraron juntos en la ventana del apartamento del ex presidente, quien levantó el brazo de su sucesora y ahijada política en un gesto que enardeció a la multitud.

Pocas horas después, Lula salió a la calle para agradecer a sus partidarios. Gracias a todos por su apoyo, dijo, y regresó al inmueble 10 minutos más tarde.

Pintas en el instituto

En la pared del Instituto Lula apareció una leyenda escrita con aerosol: Lula, ladrón. Basta de corrupción... Ha llegado tu hora.

El viernes, el ex mandatario fue blanco de una orden coercitiva para conducirlo a las oficinas de la policía federal en el aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, con el fin de ser interrogado por tener supuestos vínculos con el caso Petrobras.

Según denuncias en su contra, el fundador del PT, quien gobernó el país entre 2003 y 2010, se benefició con los desvíos de fondos en la petrolera estatal y recibió favores y regalías de constructoras implicadas en la red ilegal.

Integrantes del PT realizaron una vigilia frente al edificio donde vive el ex presidente brasileñoFoto Ap

Horas después de que fue llevado al interrogatorio, Rousseff expresó en un comunicado su plena disconformidad con lo sucedido.

Manifiesto mi plena disconformidad con el hecho de que un ex presidente de la república, que muchas veces compareció voluntariamente para ofrecer aclaraciones ante las autoridades competentes, sea ahora sometido a un innecesario traslado coercitivo para dar testimonio, subrayó la mandataria.

El Ministerio Público Federal (fiscalía) afirma tener evidencias contundentes de la participación relevante de Lula en la trama de corrupción, que tendría como objetivo final mantener al PT en el poder.

Por su parte, Lula ha negado en reiteradas oportunidades haber incurrido en anomalías.

Pese a que respaldaron la amplia investigación por fraude, altos magistrados brasileños manifestaron su preocupación por la detención de Da Silva.

Marco Aurelio Mello, juez de la Corte Suprema, dijo a la radiodifusora CBN: Nada justificaba el uso de la fuerza, cuando la policía se llevó a Lula de su departamento sin aviso previo.

El magistrado Gilmar Mendes, quien ha dicho públicamente que existen fuertes evidencias de que el PT usó dinero procedente de corruptelas para financiar campañas electorales, calificó el interrogatorio a Lula de situación delicada, en declaraciones al diario O Estado de Sao Paulo.

En tanto, Sergio Moro, juez federal de primera instancia que ordenó que Lula fuera trasladado para ser interrogado, afirmó en un comunicado que se adoptaron medidas para proteger la imagen del ex presidente durante la operación y lamentó que la situación haya provocado violencia.