Sociedad y Justicia
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La mayoría carece de seguridad social, ahorro para el retiro y apoyo de vivienda

El gremio de músicos, en crisis por trabajo escaso y mal pagado

Empresas de espectáculos se niegan a formalizar convenios laborales y todo es de palabra, indica Filemón Arcos, secretario general del sindicato, que abre escuela para niños y jóvenes

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Cada vez menos productores contratan músicos para sus espectáculos y los cantantes usan pistas. En la imagen, mariachis en diciembre pasadoFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de enero de 2016, p. 25

Para el gremio de los músicos se ahonda la crisis: trabajo informal, poco o mal pagado es la constante; en su mayoría carecen de afiliación a la seguridad social y no tienen prestaciones básicas, como ahorro para el retiro o derecho a la vivienda. Los empresarios de espectáculos, incluso, han reducido proyectos, como la organización de bailes, presentaciones y shows, porque en el interior del país siempre les cobran cuota de paso y no quieren arriesgarse.

Es la voz del secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Música, Filemón Arcos Suárez, El Monchi, quien en entrevista explica que cada vez menos negocios, restaurantes, teatros, espectáculos, y particulares contratan artistas. Se han reducido los espacios de presentación de música en vivo. Básicamente es por la situación económica, por la crisis, que no pueden o no quieren pagar el talento.

Quienes cantan en restaurantes o teatros se acompañan de pistas. Aunque se lucha para que den trabajo a los músicos, “nos dicen, ‘mira, con dificultades me contratan, si no acepto hacerlo con grabaciones, incluso ni yo trabajaría”’. La situación es severamente difícil y no se ve salida, plantea el dirigente, y expone que se requiere un esquema de apoyos integrales para el sector y regular laboralmente esta actividad.

Si se lograra tener contratos colectivos con las empresas de espectáculos, se podría estipular el pago de prestaciones; sin embargo, prácticamente ningún empresario quiere firmar nada ni establecer convenios laborales. Casi todo es de palabra, con pago en efectivo, pactos de un día. No hay fiscalización a estas empresas ni dan cuentas sobre los trabajadores contratados, sostiene el ex diputado y también integrante del grupo Los João.

–¿Qué o cómo hacen para sobrevivir económicamente?

–Tienen dos o tres trabajos, a veces de otra cosa que no tiene que ver con su profesión; venden artículos, dan clases, trabajan en lo que se llama huesos; es decir, presentaciones de unas horas, un día, fiestas, escriben música para otros, venden o cambian instrumentos, un sinfín de actividades.

“En ocasiones un músico puede tener diversos huesos en una noche, y se traslada de una presentación a otra por toda la ciudad, pero el pago es mínimo y tiene que invertir, además, en el traslado de los instrumentos, en el desgaste o robo de los mismos”. Es muy complicada la situación económica de los músicos, prácticamente todos están en la informalidad, pero si tienes que llevar el alimento a tu casa, el sustento de tu familia, haces lo que sea, expone Arcos Suárez.

También comenta que, a la par, se ha reducido el número de afiliados al Sindicato Nacional de Músicos y que otro problema es que los grandes grupos tienen que cumplir con lo que llaman cuotas de paso: pagan en promedio 9 por ciento de lo que cobran para poder tocar en determinados lugares, porque desplazan a los grupos locales y no quieren alternar con éstos. Los montos se repartían entre los locales y le quedaba una parte al sindicato, pero cada vez menos empresarios y grupos quieren cubrir esto.

De continuar esta situación, se podría incluso perder gran parte del talento del país, pues muchos de estos trabajadores se irían a otros sectores, señala. Se está buscando un acuerdo con el Infonavit para que tengan derecho a la vivienda y tendrá que haber voluntad política para abrir un esquema de apoyos integrales al sector.

El sindicato, por lo pronto, está por inaugurar una escuela de música en Toluca –en un terreno que les cedió el gobierno federal en comodato–, la cual se construyó con el apoyo de diversos gremios que donaron desde cemento y varillas hasta instrumentos. El programa piloto ya comenzó con cien niños, quienes están en iniciación musical, pero la idea es crear la carrera de técnico profesional en música popular, con reconocimiento de la Secretaría de Educación Pública.

Para el pago de maestros y gastos de mantenimiento se abrió una página para donaciones (www.imusic.mx ), en lugar de que niños y jóvenes delincan, mejor que vayan a aprender la música, concluye.