De las dos pantallas gigantes que anunció el Gobierno del Distrito Federal que se instalarían en la Condesa y Polanco para que los ciudadanos pudieran seguir en familia el Gran Premio de México, ayer sólo se instaló la del parque Lincoln.

La trasmisión de las pruebas no despertó mayor interés ni entre los vecinos de la zona ni en los comensales de los restaurantes aledaños al parque.

Se vio poquito de la carrera, porque no habían terminado de poner la pantalla, comentó Maripí, una joven que acudió al parque para hacer sus compras en el mercado sobre ruedas que se instala ahí los sábados.

Al mediodía los encargados decidieron transmitir la película Cars, la cual apenas era vista por sólo algunos pequeños sentados en el suelo. Las personas preferían tomarse la foto del recuerdo junto a uno de los autos antiguos que se colocaron a los costados. En tanto que en el parque México los vendedores comentaron que a diferencia de otras ocasiones en las que se ponen pantallas esta vez no hubo aviso ni difusión.