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Cuenta la historia de una exiliada y su madre presa, es la España que se quedó encarcelada

Mujer de azafrán “expresa el miedo a la disolución”, afirma Rebeca Orozco

Cobra vigencia con los sirios yendo a través del Mediterráneo y en la frontera sur, con la migración de los guatemaltecos, señala la autora

Publica la novela editorial Planeta

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Para la narradora, el tema del exilio es de los que le despiertan mayor interésFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de septiembre de 2015, p. a11

La novela recién publicada Mujer de azafrán, con el tema de una refugiada española en México, es la expresión de un miedo a la disolución del entorno conocido, según su autora, Rebeca Orozco.

La protagonista, Rosaura, enfrenta el encarcelamiento de su mamá en España durante el gobierno de Francisco Franco por ser republicana. La autora resume en charla con La Jornada: La madre era la España que se quedó encarcelada.

Para Orozco, su personaje, por “su fortaleza, forma de ser y de hablar, más que ser una amiga muy íntima, más bien es alguien que podría ver más arriba. Admiro su dolor, su manera de salir adelante y su lucha por ir a España a ver a su madre, porque no sé que tanto yo me quebraría internamente si me pasara eso.

Esta novela es quizás una expresión de un miedo a que se deshaga lo que tengo: mi casa, mi familia, mi madre, mis hijos; es un miedo de la disolución de algo, finalmente.

En el libro, publicado por Planeta, la narradora imagina a Rosaura como “el azafrán. Una mujer pasional, intensa, que baila flamenco, que es muy fuerte pero también vulnerable, porque el azafrán se rompe con cualquier cosa; cuando lo transportan lo tienen que empacar muy bien.

“Para mí es muy fuerte que dejes a la familia, pero si tienes a alguien encarcelado es peor. Me dije: ‘ese es el conflicto’. Luego, la manera de salvación para ella, para no suicidarse es bailar: el arte, la creación como salvación, que lo que siempre he creído.”

Rebeca Orozco se dice interesada en el tema del exilio. “Me impacta que te puedan sacar de un país cuando naciste ahí; tienes una vida hecha, tu familia, lazos amorosos, planes y de repente rompen con esa vida.

Esta novela toma vigencia con lo que está pasando ahora: los sirios yendo a través del Mediterráneo. Es tremendo. La separación. En la frontera sur, el exilio de los guatemaltecos. Es un drama. ¿Cómo los tratamos así?

La narración también nace por un interés propio: “Me encanta ver a través de los ojos de ella el deslumbramiento que siento por México. Cuando llega a Veracruz, las canastas de fruta, el colorido y la manera de hablar. A través de Rosaura filtro mi asombro personal, pero también se ve lo difícil que es para un español adaptarse a un país que, aunque hablamos el mismo idioma, es tan diferente.

“Al principio, los refugiados pensaban que nada más venían por un tiempo corto. Tenían la maleta en la puerta. ‘En cuanto caiga Franco, nos vamos.’ No compraban muebles nuevos porque decían: ‘Como ya nos vamos a regresar a España, pues no vamos a gastar’”. Más tarde se vieron ante el problema de quedarse aquí y empezaron a tener hijos y nietos.

Sobre la literatura femenina, Orozco menciona: Muchas veces, cuando estoy leyendo siento este toque o visión femenina. Estoy en un taller literario con puras mujeres que han publicado y estoy muy acostumbrada a leer a mujeres y puedo identificarlo. No sé decir exactamente en qué radica.