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Chaya y toronjil

C

omo muestra de los conocimientos femeninos para mantener la salud de los suyos, en macetas, jardines y traspatios han convivido por siglos plantas que son medicina y alimento. Es el caso de la chaya, que abunda en la península de Yucatán, aunque también prospera en otras regiones. Como quelite o verdura, además de fibra tiene mayores contenidos de proteína, calcio, fósforo, hierro y vitamina C que la espinaca, de acuerdo con datos citados por José Díaz Bolio en su libro La chaya: una planta maravillosa alimenticia y medicinal (Mérida, Patronato Pro Historia Peninsular, 1974). Se le utiliza también como diurético, en algunos trastornos hepáticos, para curar ashes (verrugas) y para prevenir catarros.

La Biblioteca Mexicana de Medicina Tradicional, que coordinan Arturo Argueta Villamar y Carlos Zolla, ha publicado recientemente con el auspicio de diversas instancias, entre otras la Universidad Nacional Autónoma de México, Plantas medicinales de uso tradicional en la ciudad de México. Gimena Pérez Ortega y otros investigadores reportan que en el Distrito Federal, Morelos, Tabasco y en la citada península yucateca, las hojas de chaya se utilizan para el tratamiento de la diabetes. Se recomienda tomar dos tazas de infusión al día. Además se considera que alivia el dolor de riñones. Con una cocción de hojas y el látex de la planta se maduran los nacidos o granos enterrados; en Hidalgo se recomienda para aumentar la leche durante la crianza y disminuir el colesterol.

En el libro se estudian 52 plantas con la siguiente estructura: el nombre usual, el nombre o nombres en lenguas indígenas, el nombre en latín, datos botánicos y ecológicos, localización (mercados de la ciudad en los que pueden encontrarse), información etnobotánica, datos farmacológicos y/o clínicos, costo y forma de venta (manojos, bolsas, hojas, trozos). Reportan si ha habidos datos de toxicidad en caso de sobredosis.

Los estudios sobre la chaya muestran una disminución significativa del colesterol y un efecto hipoglucémico en ratas. Además contiene antioxidantes, así como vitamina K y betacaroteno.

Otros quelites con propiedades curativas son la hierbamora y la malva; entre las frutas aparecen el tejocote y el zapote blanco; de las hierbas para infusión, el toronjil y el tomillo. El nopal tiene su apartado. Trabajos así comprueban los conocimientos de los médicos tradicionales y abren nuevos caminos de investigación.

En la Fundación Heberto Castillo (Viena 34, Coyoacán) se inauguró Maíz: origen y destino. Hay una muestra de obra plástica y habrá conferencias el 30 de julio y el 6 de agosto a las 17:30 horas.