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José Manuel Figueroa lloró al músico recién fallecido en un homenaje que le rindió la SACM

La fama de Joan Sebastian, mi padre, está en la calle

Entre suspiro y respiro vienen sus recuerdos, sus palabras de amor, sus consejos y un regaño, dijo el intérprete

Cientos de admiradores esperaron afuera del Centro Cultural Roberto Cantoral para despedirse del artista

Hoy serán incinerados sus restos, informó la familia del compositor

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Cerca de las 16 horas, el féretro se enfiló en una carroza por Eje Central, dio una vuelta a la Plaza Garibaldi para alejarse después del Distrito Federal rumbo a JuliantlaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de julio de 2015, p. 9

La fama de mi padre Joan Sebastian está en la calle, expresó llorando José Manuel Figueroa, en el homenaje de cuerpo presente que organizó ayer la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) al cantautor fallecido el pasado 13 de julio, dejando un profundo dolor entre sus familiares, amigos y gente del pueblo, que hizo fila y esperó pacientemente durante horas para pasar frente al féretro y decir adiós al que ya es, sin duda, su ídolo.

Desde las 10 de la mañana, en la entrada del Centro Cultural Roberto Cantoral, decenas de policías ponían orden y orientaban a los cientos de anhelantes que querían entrar al recinto. El sol ya calaba, pero al pueblo eso no lo arredra. Algunos cantaban las creaciones musicales, como Secreto de amor. Otros se contagiaban y hacían coro. Eran de todas las edades, con todas las vestimentas; señoras con delantal, viejitas que apretaban sus manos, jovencitas llegadas de diferentes puntos de la ciudad, algunos muy lejanos, como Aragón y Santa Martha Acatitla.

Un muchacho se puso abusado y vendía fotos de Joan, para el recuerdo, lo cual lo enfrentaba a una lucha contra las cámaras de los celulares.

Vivas y agradecimientos

A marchas forzadas avanzó la filota. Adentro del recinto, Maribel Guardia, quien fue mujer de Joan, simplemente no estaba para preguntas de los reporteros. Hijas del inspirado autor esperaban su turno para hacer guardia de honor. Decenas y decenas de compositores acudieron a despedir a su colega. En cada cambio de guardia los aplausos se sucedían y las porras surgían espontáneas.

¡Joan, gracias por tus canciones! ¡Nunca te olvidaremos! ¡Te queremos y allá te alcanzamos! ¡Viva el rey del jaripeo! ¡Gracias por tus canciones tan bonitas! ¡Se ve, se siente, Joan Sebastian está presente! ¡Joan Sebastian no está muerto; vive en nuestros corazones! A cada grito, aplausos. Y los síquitibum y las porras. Y las canciones.

Entre los asistentes brillaban Lucía Méndez, Ana Bárbara, Yuri, Jorge Reynoso, Martín Urieta, Teodoro Bello.

Evidentemente consternado, Armando Manzanero, presidente de la SACM, dijo que la ausencia de Joan será mayor con el paso del tiempo. Honró una profesión de la que México tiene enorme talento.

Ante estas palabras, José Manuel Figueroa comentó emocionado: “No tengo un discurso preparado y sólo vengo a darles las gracias en nombre de mi familia, de mi padre, por tantos años de reconocimiento. Nos dan la oportunidad de estar aquí, con los grandes compositores. Hoy, entre suspiro y respiro, vienen los recuerdos de mi padre, sus palabras de amor, sus consejos y, también, un regaño. Un consejo que me dio es que tengo que unificarme más con mis hermanos compositores (...) Habrá recintos más grandes, más antiguos, más viejos, más reconocidos, pero creo que el reconocimiento más importante... ¡está en las calles de México! Gracias, de nuevo.

Probablemente sea este el último escenario que pise con mi padre y me da mucho gusto que sea aquí, de verdad.

Fue la entrega del pueblo, de la masa que aparece sólo con ciertas personas. Una persona bien entonada cantó un composición dedicada al que no se olvidará, porque ya muerto comienza la leyenda, el mito, el ídolo.

La vida de miles está asociada a alguna o varias de sus rolas, no todas lacrimógenas, pues también exaltó el sentimiento en flor, cuando hasta el alma se encuentra en flor. El tiempo pasa, ¿quién lo dijera?, tu ama de casa y yo trovador. Y las mariposas... Una rola, un tatuaje.

Roberto Cantoral Zucchi destacó la enorme aportación de Joan al acervo musical de México, con unos 900 temas registrados. Juan Marcos Figueroa, hermano del autor, expuso que este viernes la familia incinerará los restos. Ya comenzaron los corridos del pueblo para mi hermano.

José Alfredo Jiménez hijo aceptó que con su padre Joan es uno de los compositores más queridos de México. La gente lo quiere y seguirá cantándolo. De mi papá interpretaba varias creaciones cuando comenzaba... y se llamaba Figueroa.

A las dos de la tarde el padre Genaro Chávez, de la Parroquia de San Jacinto, oficio una misa en pleno escenario, a un lado del ataúd de Joan.

Afuera, cientos esperaban su turno para despedirse del Poeta de la Montaña. A las 15:40 horas, en una carroza, el féretro se enfiló por Eje Central, dio una vuelta a la Plaza Garibaldi para alejarse después del Distrito Federal rumbo a Juliantla.

Los mariachis, tríos y norteños cantaron algunas composiciones de Joan, quien se seguirá oyendo con Maracas, Gorda, El camino del amor...