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Avaricia, desigualdad y saqueo/ I
E

l rechazo de la ciudadanía griega a la guerra de clase que se presenta como programa de austeridad y de reformas estructurales (saqueo de bienes y servicios públicos) resonó sobre una humanidad por tres décadas sometida a una mayor voracidad del alto capital que desde entonces acompaña a la crisis estructural, ambiental y de recursos que afecta sus cimientos. Elaborado por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ente de estado que junto al Banco Mundial (BM) y BID opera bajo el Departamento del Tesoro de Estados Unidos (DT) y la Casa Blanca, el recetario de austeridad y apropiación de la riqueza a favor del uno por ciento es el de siempre en centro y periferia: los resultados en términos de desigualdad, miseria y sufrimiento son desastrosos y alarmantes.

Están a la vista: Nicholas Hildyard, analista de The Corner House (thecornerhouse.org.uk), en un bien sustentado estudio presentado a la Escuela de Negocios Manchester (31/7/14) sobre mecanismos de extracción de riqueza como las Asociaciones Público/Privadas (APP) del BM, que se aplica en México y en 134 países de la periferia, encuadra su trabajo con datos esenciales sobre la desigualdad: según Credit Suisse las 3 mil 200 millones de personas más pobres (69 por ciento de la población mundial) tienen una riqueza individual promedio valorada en menos de 10 mil dólares y en conjunto poseen menos de 3 por ciento de los activos mundiales. En contraste, 32 millones de personas, menos de uno por ciento de la población adulta del mundo, tienen una riqueza estimada en 98.7 billones (trillions) de dólares, 41 por ciento de la riqueza mundial. Con datos de la ONG Oxfam publicados por The Guardian, apunta que los 85 más ricos del mundo, en su mayoría residentes de Estados Unidos y Europa, caben en un autobús de dos pisos y acumulan tanta riqueza como la mitad de la población mundial más pobre. Y los programas del BM no han hecho más que acentuar este proceso de inequidad, despojo y agresión a los más pobres, en su mayoría en la periferia capitalista.

Ya el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ en inglés) ha denunciado las prácticas abusivas e inadmisibles de los préstamos del BM, ilustrándolas con casos de Etiopía, Kenya y Perú y hay más sobre Kosovo, India y Honduras. Se trata, sólo en la década pasada, del desplazamiento de 3.4 millones de personas para realizar proyectos del BM, gente lanzada de su hogar, de su tierra comunal, a las calles de las ciudades, sin protección, víctimas de abusos de derechos humanos según llamada de atención de Oxfam. Esa ONG denuncia los desplazamientos, agresiones y muertes, así como la opacidad del manejo de préstamos por parte de la International Finance Corporation (IFC) parte del Grupo BM, y deja manifiesto su rechazo ante el uso de intermediarios que neutraliza las salvaguardas sociales y ambientales del BM. ¿Cuáles salvaguardas? El BM mira al otro lado mientras la IFC hace lo suyo, que son los negocios de las corporaciones. Es el caso de un préstamo a la Corporación Interamericana para el Financiamiento de Infraestructura para una represa en Santa Cruz, Guatemala, que generó gran indignación y oposición de parte de la población local, incluidos maltratos y represión contra la resistencia por parte de la fuerza pública, declarándose un estado de emergencia en la región. Ante la crítica de Oxfam, avalada con casos concretos, la IFC se mantiene impertérrita, es decir, en BAU, (“business as usual”) y, en apariencia los dueños del BM –el Tesoro de Estados Unidos–, también: que siga el festín privatizador, como acá con el agua, la electricidad, el petróleo, el gas y la tierra indígena y campesina. Oxfam, que trabaja cerca del BM, luego de hecha la crítica, en verdad puntual y severa, pese a todo, se manifiesta a favor de los préstamos al sector privado de la IFC, por ser importantes para el desarrollo (sic).

La profundización de la guerra de clase inherente a la explotación capitalista y a su despliegue global imperialista, fenómeno de importancia mayor a toda reflexión sobre la inequidad, se explicita en un estudio sobre las APP como mecanismo de saqueo de lo público y comunal. Hildyard acude a http://therulesblog.org/money, movimiento que se manifiesta contra la inequidad, para recordar que “(D)urante el periodo colonial, la brecha entre los países más ricos y los más pobres, aumentó de 3:1 a 35:1, conforme las potencias europeas extraían cantidades masivas de riqueza y recursos de sus colonias. En la post-independencia la brecha no ha disminuido. Aumentó: hoy es de 80:1“ (Ibid).

Como en nuestra América, revirtamos aquí lo que es un incalificable desastre humano. En palabras de Yanis Varoufakis, ministro de Finanza griego que denunció el terrorismo fiscal y buitre contra Grecia y renunció al cargo por presión de la troika, “el esfuerzo sobrehumano de honrar al gran pueblo de Grecia y su famoso oxi (no) que otorgó a los demócratas del mundo entero, apenas comienza”.

jsaxef.blogspot.com