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Erosionadas y perdidas, 40 millones de hectáreas, alerta

Investigador apremia a modificar la política de conservación de suelos
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de junio de 2015, p. 19

Para revertir los procesos de contaminación, la degradación de la calidad de suelos agrícolas de temporal y de riego, así como rescatar a bosques y selvas de la depredación, es necesario crear la Comisión Nacional del Suelo, dijo Manuel Anaya Garduño, investigador del Colegio de Posgraduados (Colpos) y director del Centro Internacional de Capacitación para el Aprovechamiento de Agua de Lluvia.

La pérdida de suelo fértil de bosques y selvas requiere un cambio de rumbo en la política, así como en las estrategias para revertir la contaminación de los suelos. Los desiertos, alertó, están avanzando; el llamado desierto de Chihuahua ya se extendió a Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla y Veracruz.

En el país, precisó el investigador, hay 40 millones de hectáreas erosionadas y perdidas. Se requerirán grandes cantidades de recursos económicos; de la ciencia y tecnologías efectivas para su recuperación, así como una buena dosis de voluntad política para emprender acciones decisivas para recuperar esa enorme superficie con poco o nulo beneficio.

Durante su participación en la celebración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, organizado por el Colpos, Anaya Garduño insistió en que la creciente desertificación pone en riesgo soberanía y seguridad alimentarias del país, por lo que México debe interesarse más por la preservación e incremento de los recursos naturales.

El riesgo de este descuido humano es que dejaremos recursos naturales destruidos y contaminados, en muchos casos sin posibilidad de recuperación y sin alternativas para las futuras generaciones, expresó.

Señaló que en poco más de 100 años en el país se han degradado 140 millones de hectáreas y que en 80 por ciento del territorio se observan condiciones de leve, intensa y severa degradación del suelo, debido al aprovechamiento irracional de bosques y chaparrales, así como a la ganadería extensiva que carece de un manejo apropiado de pastizales y abrevaderos.