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Un vendedor nos amenazó con cuchillo al tomar fotos, acusa un defensor de animales

Temen choques entre comerciantes de carne de perro y activistas chinos

Protestemos contra la costumbre de comer pavo en Navidad, reviran consumidores

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Expendio en el mercado de Yulin para consumo en el festival anual de carne de perroFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Lunes 22 de junio de 2015, p. 18

Pekín.

Cuando Peter Li visitó un rastro a las afueras de Yulin, en la provincia china de Shaanxi, lo primero que lo impactó fue el tufo mezclado de agua sucia, pelos de perro, sangre y piel chamuscada.

Li, especialista chino del grupo Humane Society International, que trabaja en favor de los animales, llegó a las 6:30 de la mañana, cuando la matanza principal del día había terminado. Las vísceras apiladas en el sucio suelo daban testimonio de ello. Vio colgados intestinos y pellejos de gato y perro, que unos trabajadores quemaban con sopletes para dejarlos relucientes y listos para su envío a restaurantes. Había caninos todavía vivos en jaulas de alambre, pero parecían exhaustos, famélicos y sucios.

Ha habido muchas condenas internacionales del festival anual de la carne de perro en Yulin –en realidad se trata del festival del solsticio de verano en la ciudad–, que se lleva a cabo este fin de semana y en el que unos 10 mil caninos y, en fechas más recientes, gatos, son sacrificados para consumo, acompañados con litros de vino de lichi.

En semanas recientes se ha desplegado una campaña global en redes sociales, en la que el hashtag #stopyulin2015 se ha usado miles de veces en Twitter y un grupo similar en Facebook ha atraído más de 17 mil likes.

Sin embargo, la presión que tal campaña ejerce en China es magra, limitada tanto por el desdén del gobierno por la opinión exterior como porque Twitter y Facebook están bloqueadas. Entre tanto, ha habido una contraofensiva de los netizens, como se hacen en llamar en China los ciudadanos en línea, contra los extranjeros que los condenan.

Comer carne de perro es una costumbre que pertenece a otras personas, escribió un netizen. Debemos respetarnos mutuamente. Si no quieren comer algo, no lo hagan, señaló otro. Otro expresó: ¡Protestemos contra la práctica de comer pavo en Navidad!

Se cree que la costumbre china de comer perros es anterior a la historia escrita. En el sur rural, la carne de estos animales es comida sobre todo por personas mayores y, según la superstición, es una fuente poderosa de calor, lo que la hace popular en invierno, como ingrediente de un humeante estofado.

No hay cifras confiables sobre el total de carne de perro consumida en China, pero una ONG con sede en Hong Kong, Animals Asia, aseguró haber determinado que cada año se sacrifican hasta 10 millones para consumo.

Existe creciente oposición a la práctica incluso en China, impulsada por campañas en las redes sociales domésticas.

Unas 350 mil personas han tomado parte en un foro de discusión en línea sobre el festival en Weibo, la versión china de Twitter, donde las campañas pro derechos humanos por lo regular son suprimidas, pero el activismo en favor de los animales se permite.

Hao, activista que trabaja con la Asociación de Protección a los Animales Pequeños en la ciudad de Xia’an, en el noreste de China, quien pidió ser identificado sólo por su apellido, declaró a The Independent: Yo no sabría de esto de no ser por las redes sociales de aquí. El año pasado muchos voluntarios se conectaron con nosotros y viajaron a Yulin para unirse a nuestras protestas.

En 2011 una enorme campaña en redes sociales contribuyó a la prohibición de un festival similar en la población de Qianxi, en la ciudad de Jinhua, provincia de Zhejiang, que se había celebrado con regularidad durante 600 años. En Yulin, las autoridades municipales patrocinaban el festival, pero en fechas recientes se han retirado, declarando que ya no es una fiesta oficial, y han tomado medidas drásticas contra el sacrificio público de perros, por lo cual los mataderos se han trasladado a sitios menos conspicuos.

En el festival de Yulin hubo el año pasado escaramuzas entre manifestantes y vendedores, y muchos dueños de restaurantes retiraron la carne de perro de sus menús. Un vendedor en un mercado corrió hacia nosotros con un cuchillo cuando tratamos de sacar fotos, señaló Hao. En otras ciudades, supervisores de la calidad de los alimentos han advertido al público que no coma carne de perro.

Los opositores afirman que muchos perros vendidos para comer son mascotas robadas, y el año pasado bloquearon camionetas que los transportaban, para rescatarlos si los vendedores no contaban con licencias válidas de la industria alimentaria, pero los trabajadores locales creen que sólo defienden su medio de vida ante fuereños que no entienden sus costumbres.

Esta vez vendrán más activistas y podría haber conflicto de nuevo, advirtió Li. La dueña del rastro que visité dijo que algunos trabajadores de otras ciudades vendrán a Yulin para dar apoyo. El año pasado aguantó a los manifestantes frente a su negocio, pero esta vez está preparada para pelear. (Con información de Cissy Young.)

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya