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Óscar Ruvalcaba estrenó anoche Sara tenía noventa años

Explora un solo el rompimiento de lo que está anquilosado

Por muy definida que nos parezca la realidad, a veces puede explotar

La bailarina Yazmín Rodríguez interpreta la esencia de quien será madre

Foto
Escenas de la obra del coreógrafo Óscar Ruvalcaba, interpretada por la bailarina Yazmín Rodríguez, que se presenta en el Foro del Centro Cultural Los Talleres, en CoyoacánFoto Ramón Merino
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de junio de 2015, p. 3

La imagen de Sara, personaje de la Biblia que concibió y dio a luz a los 90 años, despertó la curiosidad del coreógrafo y bailarín Óscar Ruvalcaba (Teocaltiche, Jalisco, 1962) durante su infancia, porque no lograba comprender cómo una mujer mayor que su abuela tuviera un hijo.

Hoy esa iconografía religiosa aparece de nuevo en su vida como el motor de una obra que le permite abordar las posibilidades del ser humano.

El solo de Ruvalcaba, Sara tenía noventa años, interpretado por la bailarina Yazmín Rodríguez (DF, 1984), se estrenó anoche en el Centro Cultural Los Talleres, dentro del ciclo Danza x la libre 2015.

En entrevista, el coreógrafo explica que al reflexionar sobre el lenguaje iconográfico de Sara llegó a la conclusión de que el personaje representa “el rompimiento de la máscara, de lo que está anquilosado. Todas las personas traemos una máscara que a veces es nuestra propia realidad y nuestra historia. Sin embargo, esta personalidad puede cambiar o romperse debido a una tragedia, a la gracia o por un gozo.

“Creo que por muy definida que nos parezca la realidad, a veces puede explotar. En el caso de Sara ocurrió por cuestiones de fe, esas cosas que no entendemos muy bien y llamamos espíritu humano y en términos de la ciencia son incomprobables, pero existen y nos mueven.

“El contacto con la realidad te vuelve incrédulo, porque dices ‘esto no va pasar’ y cuando te sucede te trastoca y pone tu mundo de cabeza,”

Ruvalcaba considera que hay múltiples niveles de realidad y de percepción, que el mundo tiene muchos niveles de realidad, todos interconectados. Siento que a veces la realidad lineal de las cosas nos cierra la posibilidad de que todo es posible, que las situaciones más terribles y también las más hermosas son posibles aquí y ahora, es sólo cuestión de abrirte a la posibilidad.

Título tomado de una obra de Pärt

El solo, cuyo título fue tomado de una partitura de Arvo Pärt, no tiene un discurso religioso, sino totalmente humano. La música de la obra son cantos mántricos, porque para el coreógrafo, cuando se tiene una experiencia religiosa implica movimiento y en su caso es danza.

Yazmín Rodríguez, quien ha colaborado en otros proyectos con Ruvalcaba, se considera afortunada de participar en esa propuesta inspirada en Sara, quien fue la esposa de Abraham y madre de Isaac, según la Biblia. “La obra –explica la bailarina– coincidió curiosamente con aspectos de mi vida como son los temas de la maternidad, de la feminidad, con reconciliarme conmigo. Fue muy padre, por todo lo que vivo ahora”.

Visualizarse como una persona mayor fue uno de los retos de la bailarina de 31 años, quien considera que las mujeres experimentan muchos cambios físicos, pero llegar a la vejez les provoca múltiples sensaciones.

Tengo muy claro en mi vida que no quiero tener hijos y el personaje de Sara deseaba tener un hijo, así que en el proceso de creación tuve que reconstruirme y generar en mí este deseo de ser madre.

Durante la propuesta coreográfica, Rodríguez no representa a una anciana, sino la esencia de todo lo que experimenta una mujer que será madre.

En el escenario, la intérprete va de la resistencia de no saber qué le sucede a su cuerpo, de no aceptarlo, pasando por el placer, hasta llegar a la emoción y alegría que le produce la maternidad.

“Utilizo mucho la imaginación y me preparé de otras maneras vivenciales. Me inscribí en un taller de oración con personas mayores, justo para percibir cómo ven la vida y me di cuenta de que es una cosa totalmente distinta; les sorprenden las cosas como si volvieran a ser niñas y eso me parecía increíble.

Las escuché y observé en sus miradas una inocencia total; están en un plano de desprendimiento en todos los sentidos y les causan sensación cosas tan sencillas. Eso me encantó y me hizo conectarme mucho en el personaje de Sara.

Sara tenía noventa años se presenta este sábado a las 19 horas y el domingo a las 18 horas en el Foro del Centro Cultural Los Talleres (Francisco Sosa 29, centro de Coyoacán).