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Sobresalen las protestas de los empresarios comandados por Mexicanos Primero

El ruido causado al suspender la evaluación a maestros contrasta con el silencio oficial

El comunicado telegráfico de la SEP levantó una enorme polvareda y denuestos a la CNTE

‘‘¿No merecemos los ciudadanos una explicación?’’: académicos, especialistas y legisladores

 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de junio de 2015, p. 8

El comunicado telegráfico mediante el cual la Secretaría de Educación Pública (SEP) de Emilio Chuayffet dio a conocer la suspensión indefinida de la evaluación de los maestros de México, sigue causando un ruido enorme que contrasta con el silencio gubernamental.

Manuel Gil Antón, experto de El Colegio de México (Colmex), recurre a una rola del grupo Kansas para definir el momento: hay ‘‘mucho polvo en el viento’’. Algo comienza a dejarse ver en medio de la polvareda que quiere culpar al ‘‘chantaje de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación’’: la SEP no hizo la tarea.

Gil Antón repasa el conjunto de especulaciones a las que ha dado lugar el escueto comunicado de Chuayffet y vuelve al centro de un debate que, del lado oficial y empresarial, se dio por cerrado: ‘‘Desde el principio del curso que está por terminar debió estar anunciado el nuevo modelo educativo (no otra cosa sino un modelo de enseñanza aprendizaje); eso no ha ocurrido. Uno puede preguntar: si no hay modelo educativo, ¿contra qué estándar se hace la evaluación?, ¿contra el de un profesor abstracto?”

En la polvareda sobresalen las protestas de los empresarios que emblematiza la agrupación Mexicanos Primero, que se reclaman dueños de la bandera de la educación cuando, como dice el doctor en ciencias Gil Antón, esta reforma no es ‘‘ni de lejos, educativa’’, sencillamente porque ‘‘no ha propuesto un modelo educativo que reoriente la estrategia mexicana para que su niñez y su juventud aprendan’’.

Es en ese terreno que se da la decisión de la SEP, un acto que Gil Antón califica de ‘‘sumamente incoherente, sobre todo por el enorme énfasis que le habían puesto a la reforma, y dentro de ella a la evaluación, y dentro ésta a la evaluación de los profesores como la solución clave’’.

–Pero no hubo ni tutores para los docentes de primer ingreso, ni programas de actualización, ni reforma de las escuelas normales.

–Nada, nada. Todo lo educativo está en suspenso y todo lo administrativo está en una lógica que carece de orientación educativa.

Si algo faltara, la SEP dio a conocer el pasado 29 de mayo el programa de estímulos a la docencia, que entre otras cosas sustituye a la carrera magisterial y que está indisolublemente ligado a la evaluación

‘‘Pero si lees las 79 páginas del programa te darás cuenta de que todos los criterios para establecer los incentivos, los tiene que hacer el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, justo el organismo al que le pasaron por encima con esta suspensión. La relación de la SEP con el INEE es ahora muy tensa.’’

En el debate público –y aun cuando se esté en contra de la reforma– predomina la crítica en el sentido de que la evaluación se paró ‘‘violando la ley. Pero el otro punto es cuándo van a explicar. ¿No merecemos los ciudadanos una explicación?’’

Aunque Gil Antón considera que la evaluación tal como fue concebida ‘‘tenía muchos problemas’’, es partidario de ‘‘una evaluación que valga la pena, aunque con lo que hicieron también le quitan energía social a la búsqueda de una evaluación valiosa. Salimos perdiendo, y las razones tuvieron que ser de índole muy pragmática; otra vez el pragmatismo le pega a la planeación’’, dice.

–El silencio del gobierno multiplica las preguntas: ¿sobre qué bases nuevas, construidas en esta administración, se podría realizar una evaluación?, ¿con los viejos planes de estudio?, ¿con base en el acuerdo 592, diseñado por el yerno de Elba Esther Gordillo?

–Tratar de entender que un solo factor pudo generar una decisión tan inesperada es difícil, porque habían insistido en que el corazón de la reforma era la evaluación.

La presión fue de los empresarios, no de la coordinadora: Aboites

“Fueron los empresarios los que sometieron al gobierno, con una presión muy fuerte, a esta idea de que la evaluación era lo fundamental de la reforma, y ahora reaccionan de una manera verdaderamente extrema, con este bloque de organizaciones, algunas tal vez ficticias’’, sostiene de entrada Hugo Aboites, investigador del tema educativo y actualmente rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

La firma del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie) fue incluida en la lista de organizaciones que se sumaron a la protesta empresarial. Aboites, miembro de ese consejo, dice al respecto: ‘‘Acabamos de recibir un comunicado donde nos informan que ni siquiera les preguntaron’’.

Sobre las voces que acusan a la disidencia magisterial de ‘‘acorralar’’ al gobierno, Aboites sostiene que ese argumento se diluye cuando es claro que las movilizaciones magisteriales de ahora no son comparables a las de 2013, cuando se aprobó la reforma.

Las presiones, para el académico, vinieron más bien del lado empresarial: ‘‘Fueron los empresarios los que obligaron al gobierno a proponer como una reforma constitucional algo que cabía en un decreto del secretario de Educación Pública. Y lo llevaron a la Constitución para encadenar al gobierno’’.

La batalla de los empresarios es por controlar la educación con aliados ‘‘como la Fundación Chespirito’’ y, ‘‘lo peor’’, con el INEE, ‘‘que se supone debería ser un organismo autónomo, claramente inclinado del lado empresarial, en defensa del proyecto de Mexicanos Primero, muy molesto porque no se han cumplido al pie de la letra todas sus demandas’’.

–La versión que gana en los medios es la de un ‘‘triunfo’’ de la CNTE que hace ceder al gobierno...

–Más bien me parece que la presión empresarial ha generado un debilitamiento gubernamental. Y es una presión miope, que busca cambios sin ninguna consideración ni sensibilidad respecto de la situación que vive el país.

–Se habla también de una incapacidad de la SEP para llevar a cabo la evaluación.

–No. Es la creciente incapacidad del gobierno para controlar al sector empresarial que está empoderado. Y eso es lo más preocupante, porque hay muchos coqueteos de los empresarios con el Ejército, con todos estos homenajes y declaraciones, tratando de generar una convergencia social para que se evalúe, aunque en el fondo quieren la convergencia en torno a su postura de lo que debe ser la educación en México.

Las preguntas de Alonso Raya

Al diputado perredista Miguel Alonso Raya, egresado de la escuela rural de El Mexe, tampoco le hace sentido la versión que culpa a la CNTE, aunque esté en desacuerdo con los disidentes en su estrategia de boicot electoral.

El legislador pone el tema de este modo: ‘‘Si evalúo 100 y 50 me salen mal, ¿en qué sistema los voy a nivelar?, ¿a corregir? Porque la ley dice que tienes que meterlos a la actualización’’.

Y ese es uno de los detalles que olvidó el evaluador Chuayffet Chemor.

–¿Han sido informados los diputados sobre cómo avanza la reforma que aprobaron?

–Nada. Mañana (hoy) meto un punto de acuerdo (en la Comisión Permanente del Congreso) de las cosas que le mandatamos a la SEP y que no ha cumplido: ¿dónde está el nuevo modelo educativo?, ¿dónde la restructuración del sistema de formación y actualización?, ¿qué hizo con el equipamiento general de las escuelas?, ¿qué avance ha tenido en la atención a los estados con rezagos ancestrales? Caray, el INEE dice que sólo 26 de las 480 escuelas normales cumplen los requisitos de formación adecuada.

El coordinador perredista en San Lázaro ve en Mexicanos Primero un agrupamiento dedicado a buscar que ‘‘se corra a muchos maestros, para terminar de estigmatizar, para madrear a la escuela pública”. Y en la SEP mira ‘‘una autoridad inoperante que no quiere reconocer su incapacidad’’.

Partidario de la evaluación, afirma que, sin embargo, no debe hacerse sobre la base de ‘‘amenazas, con la guadaña sobre las cabezas de los profesores, sin reconocer lo que causaron el corporativismo y la complicidad entre SEP y sindicato durante tantos años’’.

Habría que seguir, en medio del polvo, la pista del dinero. Hace unos días, Juan Díaz de la Torre, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, informaba que, como consecuencia de la reforma, un ejército de 250 mil personas se sumará a las filas de los 750 mil docentes que ya disfrutan la jubilación.

A ello habrá que agregar los estímulos económicos que ganarán los mejor evaluados. ¿Se pospone la evaluación para que aguante el sistema de pensiones, para no pagar más a los mejores maestros? Son preguntas que se estrellan en el silencio de Emilio Chuayffet.