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Balché y miel

D

esde la antigüedad, el árbol llamado balché ha estado presente entre los mayas; lo consideran sagrado. Pertenece a la familia de las leguminosas y puede llegar a tener hasta 10 metros de altura. Florea de noviembre a enero; sus flores son notables por su belleza, caen en racimos de tonalidades lilas. Luego aparecen las vainas.

Está ligado a la miel de la abeja melipona (xunan kab), que cultivaban en colmenas y producían en grandes cantidades, porque con ella se endulza la bebida que lleva el nombre del árbol: balché. En las Relaciones histórico-geográficas de la Gobernación de Yucatán (UNAM, 1983) son frecuentes las menciones de esta planta. Comentan los informantes que asocian el notable descenso de la población a diversas causas, entre otras a que los españoles los obligaron a mudarse, dejando sus casas, árboles de frutas, labranzas y sementeras (sembradíos), para que se llegasen a los monasterios. Cuando no aceptaban, quemaban sus casas y cortaban sus árboles y plantas que “habían sembrado ellos mismos…”

Además, antes tenían diversas fiestas y ceremonias y en ellas utilizaban “un vino que ellos solían hacer, que dicen ellos que aquello les era sano, que ellos llamaban balché, que hacían de agua y miel y echaban una raíz (corteza) que es el propio nombre. Y esto echan en unos vasos grandes… que hacían cincuenta arrobas o más de agua y cocía y hervía ahí dos días, ellos solo por sí” (fermentación).

Esto ocurría en numerosas poblaciones, y es frecuente leer en los informes que consideraban que al tomar el balché se purgaban y con esto andaban sanos y recios y llegaban muy muchos a ser muy viejos, y había muchos y es verdad porque en aquel vi hartos, los cuales no hay ahora. (Relación de Kanpocolché y Chochola). Del vino de los españoles, decían en cambio, que era más dañoso que provechoso y les quema los hígados y los mata. (Relación de Tekal).

De manera clandestina y como un acto de resistencia, los mayas conservaron sus costumbres y actualmente el balché está ligado a varias de las ceremonias del ciclo de la milpa. Es el caso del ch’a chaak que inicia en abril y continúa hasta julio completando 13 semanas.

En esta ceremonia que realiza un h’men (oficiante), además del balché se prepara sakah’, bebida de maíz; puede llevar cacao. Con masa se hacen unas tortillas gruesas y grandes; se ponen en capas y en medio llevan pepita de calabaza molida y balché; el h’men le marca signos con los dedos. También con maíz se elabora el k’ol, una especie de atole denso de masa. Hay ceremonias similares, lo mismo entre los mayas de la península, que entre los lacandones de Chiapas.