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En meses recientes no ha aparecido ningún libro sobre el autor de Los 120 días de Sodoma

Francia olvida conmemorar al marqués de Sade en el 275 aniversario de su natalicio
 
Periódico La Jornada
Martes 2 de junio de 2015, p. 7

París.

Francia, normalmente, conmemora los nacimientos y muertes de sus plumas más famosas con exposiciones, coloquios y publicaciones sobre sus vidas y obras.

Sin embargo, para el 275 aniversario del nacimiento del marqués de Sade, que se cumple hoy, ni siquiera hay entrada alguna en el anuario de las Commémorations nationales de 2015.

Durante décadas, las obras del padre del sadismo fueron víctimas de la censura. Y es que a Francia parece que le cuesta lidiar con la herencia de este escritor nacido en el seno de una casa nobiliaria, aunque hoy es considerado uno de los clásicos de la literatura erótica.

Ya el año pasado el recuerdo de los 200 años de su muerte –el 2 de diciembre de 1814, a los 74 años– fue modesto. El Museo de Orsay, en París, dedicó al libertino autor una muestra con la finalidad de ahondar en su influencia en la pintura. Titulada Sade: attaquer le soleil, era una manera decente de ilustrar cómo Sade liberó la representación del placer y la violencia en el arte.

Sin embargo, en estos meses no ha aparecido en Francia ningún libro de relevancia que analice al autor de Los 120 días de Sodoma o La filosofía en el tocador. Tan sólo el historiador suizo Volker Reinhardt profundizó en el alma del literato con su ensayo De Sade oder Die Vermessung des Bösen (Sade o la medición del mal), que no ha sido traducido al español.

Orgías, sodomías y asesinatos

Orgías, sodomías, incestos, asesinatos, violencia sexual... Sade no conocía límites en su búsqueda del placer más sensorial. Debido a su modo de vida libertino y blasfemo, pasó mucho tiempo entre rejas, donde escribió la mayoría de sus obras. Y lo hizo con letra diminuta, pues apenas tenía papel. Sus libros son una mezcla de pornografía, manual de prácticas sexuales y tratado filosófico, pues Sade se consideraba un libertador de las ataduras morales e intelectuales.

Para el marqués, a quienes las mujeres de la época encontraban bastante atractivo, la sexualidad era la fuerza motora que lo impulsaba a analizar intelectualmente el mundo. Y a lo largo de la historia, su visión radical sirvió de punto de partida para que otros literatos y artistas ahondaran en su obra, como la escritora Simone de Beauvoir.

Al respecto, la filósofa francesa escribió el ensayo ¿Hay que quemar a Sade?