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Los Leones Negros apostaron por el orden defensivo, que se convertía en una muralla

Sufrió Pumas, pero resolvió el partido en la última media hora

Herrera falló con la portería abierta

La UdeG merodeaba el empate cuando Britos anotó en tiempo de compensación

El equipo no puede aflojar en la recta final del torneo: Vázquez

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El portero Humberto Hernández, de los Leones Negros, impide que remate el delantero auriazul Eduardo Herrera, ayer en el partido de la jornada 12 realizado en CUFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de abril de 2015, p. 2

Los Pumas sufrieron de manera gratuita, fallaron con portería abierta, mandaron pelotas a lugares impensables, pero con todo y eso ganaron en el último tramo del partido ante los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que se juegan la vida en la primera división.

El triunfo se forjó en la última media hora del encuentro con los goles de Josecarlos van Rankin al minuto 62 y de Matías Britos ya en tiempo de compensación. La primera parte transcurrió casi sin llegadas y con algunos atisbos de los auriazules que no lograban desordenar al conjunto en riesgo de descenso.

Los melenudos apostaron al orden estricto y estuvieron atentos a cualquier descuido de los locales para atacar en contragolpe. Con esa tirada era difícil para los Pumas atravesar cada línea, porque cuando lograban acercarse al área de los tapatíos, el conjunto entero se organizaba como un gran muro defensivo.

En ese forcejeo sólo quedaba el recurso del duelo cara a cara, donde el más hábil o el menos tembloroso podía salir triunfante. Hubo algunos tanteos; uno de ellos probó al seleccionado Eduardo Herrera, quien intentó solo frente al arquero con un punterazo malicioso que alcanzó a hacerle la vaselina, pero fue salvado casi en la línea de gol por el defensa Leandro Cufré.

Volvió a intentarlo en un remate, en el que Lalo Herrera voló con sus 188 centímetros por encima de un mar de cabezas; sin embargo, la intervención oportuna de Héctor Reynoso arruinó la jugada del auriazul.

Los de la UdeG también tuvieron un par de oportunidades, pero en cada latigazo se extinguían al acercarse al área de Pumas. Les faltaba fuerza, dirección o habilidad, algo hacía falta que perdían la pelota en el momento y zona menos adecuada.

Estuvieron cerca en un par de tiros consecutivos. El primero con Jonathan González, quien sorprendió a la zaga auriazul con un disparo que obstruyó Luis Quintana –los visitantes reclamaban una mano, pero la jugada siguió– y Jesús Vázquez volvió a intentarlo, pero ahora con la intervención de Alfredo Saldívar. El cancerbero de Pumas apenas fue solicitado y cuando lo hizo mereció la ovación.

Luis Telles salió disparado en un contragolpe que tomó desprevenidos a los jugadores auriazules; arrancó del medio campo, pasó tres cuartos de cancha, enfiló al área, y cuando los aficionados locales se llevaban las manos a la cabeza, el jugador de la UdeG fusiló con saña, pero Saldívar se mantuvo rígido y evitó la anotación.

Con el marcador en cero, ambos equipos enfilaron hacia los vestidores, cabizbajos, acaso por la falta de contundencia o por la temperatura cruel del mediodía.

La segunda parte trajo entonces otro partido, más dinámico, con jugadores más arriesgados y con mejores llegadas. Aunque los errores seguían arrancando resoplidos e insultos, el encuentro tenía mejor cara.

Un zaguero hizo lo que los delanteros no lograban. Josecarlos van Rankin apareció para acompañar un desborde de Ismael Sosa por la derecha, que buscó el centro y envió la pelota. El joven defensa estaba de espaldas al arco, pero alcanzó a dar media vuelta para asestar el primer gol del juego.

Luego el fiasco de Eduardo Herrera. Sosa quiso repetir su carrera que derivó en el gol, llegó por el costado derecho, envió al área y Héctor Reynoso se barrió con torpeza para dejar la pelota servida al delantero, quien recientemente se estrenó como goleador con la selección mexicana. El arquero estaba vencido, la portería abierta y sin resguardo, así que lo más difícil parecía fallar, pero Herrera la mandó desviada.

El empate amenazaba a los auriazules. Los aficionados de Pumas temblaban ante el peligro. Pocos minutos para el final y Guillermo Vázquez mandó a la cancha a Daniel Ludueña, después de dos meses fuera por lesión. El partido se alargó unos minutos más, y al 92, el Hachita tocó el balón con tal precisión que Matías Britos empujó con furia para conseguir el segundo gol definitivo.

La victoria colocó a Pumas en el noveno puesto de la tabla general, con 17 puntos. Un resultado alentador para los auriazules, quienes están a un escaño de ubicarse en zona de liguilla.

Los Leones Negros quedaron con 13 puntos en el lugar 16 de la tabla general. Pero el tropiezo del Puebla ante Toluca los salvó en la tabla de porcentajes, donde ocupan el penúltimo puesto, uno arriba del conjunto de la franja.

No hemos logrado nada más que estos puntos que son importantes, el equipo no puede aflojar en esta recta final del torneo, dijo Vázquez al término del partido. Aún no es nada, decían con modestia, pero el equipo lucía como si hubieran ganado todo.

Un saldo positivo para los Pumas, en una tarde en lo que lo único disonante fue la detención de 23 personas, cinco por reventa, una por pirotecnia y el resto por diversas faltas cívicas.