La desaparición de las librerías es tan lenta que no creo que nosotros, nuestros hijos ni nietos, vayamos a ver su ausencia total, expresa el ensayista y narrador catalán Jorge Carrión, cuya obra Librerías fue finalista del premio Anagrama de Ensayo en 2013.

Autor de libros de viaje y una trilogía de ciencia ficción, integrada por Los muertos, Los huérfanos y Los turistas, publicados por Galaxia Gutenberg, traza en Librerías un recorrido por esos espacios en distintas partes del mundo que ha visitado a lo largo de varios años de viajes. De modo que Librerías es autobiografía, ensayo y crónica.

En entrevista, subraya que las librerías no desaparecerán, pero lo cierto es que están perdiendo cierta centralidad. Lo que va a ocurrir, intuyo, es que serán menos frecuentes las librerías muy grandes y mucho más frecuentes y normales las pequeñas, de cercanía, en la cual el librero es un prescriptor de una pequeña comunidad de cómplices.

En la actualidad, la oferta dentro de las librerías es más amplia que nunca, no sólo hay libros, también hay música, teatro, cine, teleseries, cómics, y ante tal oferta es lógico que la librería se contraiga y se adapte.

Pero también es cierto que ese pronóstico es aplicable para todas las regiones, ya que mientras en algunos países se abren nuevas librerías pequeñas, independientes, en otros las grandes cadenas son las que dominan mientras las pequeñas cierran sus puertas. Eso “hace más difícil no sólo hacer un panorama internacional como el que intento en Librerías, sino pronosticar un futuro global; cada región va a evolucionar de modo distinto. Este pronóstico posible creo que sería el de América del Norte, Europa, Australia y Sudáfrica, que es lo que conozco en esos términos. En China, México o Argentina sí se imponen los grandes grupos, pero si Estados Unidos es el futuro de México, dado que hemos copiado su modelo hay que decir que algunas cadenas de librerías estadunindenses han colapsado y hay una periódica vuelta a la pequeña librería independiente”.

Las librerías, como los cines, como los museos de arte contemporáneo, son templos de la cultura a los que vamos con cierta fe, el eco de la fe que nuestros abuelos sentían ante las iglesias, y son importantes, porque la cultura escrita debe ser visualizada para ser seleccionada. En las librerías se expande y se hace física la cultura escrita, y empieza el lento proceso de canonización, de selección de lectura que ya después llega a la biblioteca, la universidad, el colegio, Internet, a otros ámbitos de discusión y de lectura.

Esa visualización no se da en las librerías online; por ejemplo, en la página de Amazon no se puede mostrar más que un número determinado de portadas de libros, mientras aquí, de una sola vez, observo 40, 80, dice mientras señala el espacio de la librería Rosario Castellanos.

Los viajes que permitieron la escritura de Librerías también abrieron, al mismo tiempo, la escritura de la trilogía. “La no ficción y la ficción en los viajes se retroalimentan; ni la trilogía ni Librerías habrá sido posible sin haber viajado 15 años por el mundo”, añade Carrión, quien presentó una nueva edición de su ensayo Teleshakespeare, publicado por Tintable y la Universidad Autónoma de Nuevo León.