México empeoró el año pasado en seis de los 13 indicadores que analiza el Observatorio ¿Cómo vamos? sobre la economía nacional: en pobreza laboral, productividad, estado de derecho, deuda pública, inflación y contenido nacional de las exportaciones. En contraste, mejoró en crecimiento económico, empleo formal, acceso a capital, competitividad e inversión y permaneció sin cambios relevantes en los factores de competitividad y producción.

Uno de los indicadores que más nos preocupan es la pobreza laboral, definida como el porcentaje de la población que no puede acceder a la canasta básica y que se ha incrementado sistemáticamente en cada uno de los trimestres del sexenio. Actualmente nos encontramos en su máximo histórico y 43 por ciento de los mexicanos no pueden alimentarse con su salario, sino tienen que recurrir a otras fuentes como las remesas o transferencias públicas para complementar su canasta y, por lo tanto, no vemos tan altas las tasas de hambre si la gente sólo dependiera de su ingreso salarial, advirtió Viridiana Ríos, directora del Observatorio, el cual está conformado por especialistas en economía y política pública de diferentes instituciones de educación superior, dependencias públicas, organismos privados e incluso multilaterales.

En cuestión de empleos, dijo que si bien 2014 fue el segundo año después de 2010 en que más empleos formales se crearon en toda la historia del IMSS, al llegar a 714 mil, en realidad sólo 400 mil fueron nuevos y el resto ya existían pero se formalizaron como efecto de la reforma laboral. La deuda creció de 9.3 a 15 por ciento producto interno bruto (PIB), el contenido nacional cayó de 28 a 27 por ciento y la inseguridad es considerada por la cuarta parte de los especialista entrevistados por el Banco de México como el principal obstáculo para el crecimiento.

Verónica Baz, directora del Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac) e integrante del observatorio, afirmó que México está perdiendo atractivo para la inversión extranjera, porque en 2011 un 70 por ciento de los ejecutivos o empresarios que buscaban reubicar sus capitales lo mencionaban como primera opción, pero el año pasado sólo 30 por ciento así lo consideró. Atribuye el cambio a la falta de estado de derecho, que incluye desde inseguridad hasta trámites.