Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 8 de febrero de 2015 Num: 1040

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El acuerdo
Javier Bustillos Zamorano

Leonela Relys: elogio
de la maestra

Rosa Miriam Elizalde

Décimas para recordar
a Xavier Villaurrutia

Hugo Gutiérrez Vega

Szilágyi y la judicatura
Ricardo Guzmán Wolffer

Las mujeres de
Casa Xochiquetzal

Fabrizio Lorusso

Visiones de Caracas
Leandro Arellano

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Columnas:
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Naief Yehya
Artes Visuales
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Cabezalcubo
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Quinta edición de los premios Cinema Tropical

Renacimiento

El cine latinoamericano es un misterio. En buena medida porque tal cosa no existe; englobar en la misma categoría películas chilenas, cubanas, brasileñas y dominicanas es, en el mejor de los casos, confuso. Pero a la vez tenemos una lengua en común y una tradición compartida de religión, costumbres relativamente parecidas y una historia vagamente similar de colonialismo y crisis sucesivas. Sobre todo padecemos las mismas dificultades para difundir, distribuir y proyectar nuestro cine fuera y también dentro de nuestras fronteras. La organización Cinema Tropical (CT) fue creada en la ciudad de Nueva York en 2001 por dos egresados de estudios cinematográficos de la Universidad de Nueva York, el mexicano Carlos Gutiérrez y la colombiana Monika Wagenberg, con el fin de promover el cine latinoamericano en Estados Unidos. Era claro que el cine del sur del continente vivía un vibrante renacimiento que estaba pasando desapercibido en el principal mercado planetario del filme. CT logró en poco tiempo establecerse en un medio competitivo y en una era en que se reducían el número de salas y la diversidad de los filmes que se estrenaban. Gutiérrez y Wagenberg pasaron de organizar cineclubes y retrospectivas a asesorar festivales en diversas partes del mundo, a curar muestras y ciclos, así como ofrecer conferencias en todo el país, exponiendo los tremendos cambios que vivían y viven las cinematografías desde la Patagonia hasta el Caribe, pasando por el cine latino hecho en el mismo Estados Unidos.

Reconocimiento


Monika Wagenberg

Entre muchas actividades de su apretada agenda, CT ha estrenado en cines alrededor de dieciséis películas, ha coproducido con David Bowie una muestra de cine latinoamericano y español, y en 2011 fue objeto de un homenaje en el Museo de Arte Moderno de Nueva York: In Focus: Cinema Tropical. Para sintetizar la importancia de la revolución fílmica de la que esta organización ha sido testigo y en cierta forma partícipe, publicaron el libro The Ten Best Latin American Films of the Decade (en el cual incluyeron un ensayo de quien esto escribe), y desde hace cuatro años organizan un concurso para premiar lo mejor del cine latinoamericano en largometraje de ficción, documental, mejor ópera prima y mejor director de ficción y documental. También se entregan premios de ficción y documental para los mejores filmes “latinos” hechos en Estados Unidos.

Recapitulación

En la quinta y más reciente edición de los premios Cinema Tropical, se presentaron veiticuatro filmes de ficción, de ocho países. Destaca la presencia del primer filme costarricense en estos foros, la comedia Por las plumas, de Neto Villalobos, así como la película más reciente del veterano Alejandro Jodorowsky.  Algunas de estas películas son de una calidad extraordinaria, pero las cinco cintas nominadas son relevantes, ya que más allá de contar buenas historias y tener excelente factura, presentan inquietantes y atrevidas visiones personales. El premio al mejor filme lo obtuvo El lugar del hijo, de Manuel Nieto Zas (Uruguay), un filme complejo, introspectivo y sobrio que es una reflexión política y a la vez un estudio de personajes con cierto humor agudo y mordaz. El documental ganador fue Café (Cantos de humo), del mexicano Hatuey Viveros. El premio al mejor director lo ganó el argentino Gustavo Fontán, por su extraña y misteriosa El rostro, una obra evocativa y melancólica en la que el fondo es forma. El mejor debut en largometraje fue otorgado a la brillante cinta chilena Las niñas Quispe, de Sebastián Sepúlveda. El ganador del premio al mejor director de documental lo obtuvieron los chilenos Camila José Donoso y Nicolás Videla, por su notable cinta Naomi Campbel.  Y las mejores cintas “latinas” fueron Las Marthas, de Cristina Ibarra y Purgatorio: Journey into the Heart of the Border.


Carlos Gutiérrez

Riqueza

Las cintas premiadas son sin duda extraordinarias. Sin embargo, entre las propuestas más interesantes que fueron consideradas este año había películas que merecían mejor suerte, como la atrevida propuesta estética de El hombre de las multitudes, de los brasileños Marcelo Gomes y Cao Guimarães; la extraordinaria película argentina Historia de miedo, de Benjamín Naishtat, y las controvertidas cintas mexicanas Heli, de Amat Escalante, y Güeros, de Alonso Ruizpalacios. El cine latinoamericano sigue siendo un misterio, pero si de algo no hay duda es que vive un tiempo maravilloso y gracias a Cinema Tropical no pasará inadvertido en un país que tiene la manía de ignorar todo el cine que no se hace en Hollywood.