Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 25 de enero de 2015 Num: 1038

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Ayotzinapa
y el drogadicto
que vende armas

Víctor Manuel Mendiola

Cinco vistas
del Monte Fuji

Alberto Blanco

Décimas
Ricardo Yáñez

Emmanuel Carballo
y la autobiografía

Vilma Fuentes

Albert Camus,
el exilio en casa

Juan Manuel Roca

La tercera independencia
de América Latina

Gustavo Ogarrio

Tomás Montero Torres:
el presente es
pasado aún

Sergio Gómez Montero

Leer

Columnas:
Galería
Ricardo Guzmán Wolffer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
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Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
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Cabezalcubo
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Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
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La entrevista: comedia, hackeo y la niebla
de la ciberguerra (II Y ÚLTIMA)

Saturar o penetrar

Sony ha sido un blanco predilecto de diferentes grupos de hackers por distintos motivos desde hace tiempo. La red de PlayStation fue atacada en 2011 por los hackers de Lulzsec, quienes lograron exponer los nombres y passwords de millones de usuarios. La red estuvo fuera de servicio por veinticuatro días y Sony tuvo que pagar 15 millones de dólares para defenderse en la corte por su negligencia en la seguridad. Este ataque fue en represalia por la demanda que Sony puso contra un hacker que intentó modificar PlayStation 3 para poder jugar juegos no autorizados por la empresa. Justo después del ataque de noviembre contra el estudio, la red de PlayStation fue objeto de un ataque distribuido de negación de servicio en Nochebuena, que inhabilitó a la red durante dos de los días con mayor demanda de acceso en el año. Justo después de que miles de personas recibieron su PlayStation de Navidad, no pudieron acceder al servicio. Los responsables en este caso, Lizard Squad, no penetraron la red ni robaron información; sin embargo tuitearon: “Hoy plantamos la bandera de isis en los servidores de @sony.” Más tarde anunciaron que habían plantado una bomba en el vuelo de American Airlines en el que viajaba el presidente de Sony Entertainment, por lo cual el avión tuvo que desviarse, escoltado por jets f-16. No había bomba .

¿Hackear para qué?

El primer objetivo de los hackers es “divertirse”, como explica el portavoz de Lizard Squad, pero también mostrar las deficiencias de la seguridad y de paso humillar a quienes consideran arrogantes e ignorantes. De esa manera decidieron ridiculizar a los ejecutivos de la empresa, revelando correos comprometedores (Angelina Jolie llamada una “mocosa mimada con mínimo talento”), datos de finanzas, como la diferencia de pago entre actores y actrices (Jennifer Lawrence recibió un pago significativamente menor que sus coestelares en American Hustle), la realidad de las ganancias generadas por las películas y otros chismes. Es decir, parecía más un ataque de la competencia o de hackers, que de un Estado hostil como Corea del Norte. Hemanshu Nigam, el exjefe de seguridad de Newscorp y fundador de la empresa de seguridad SSP Blue, señaló que en un principio los hackers no mencionaron La entrevista ni a Corea del Norte; era un caso de extorsión y demandas monetarias. El gobierno de Kim Jong-un sólo apareció una vez que los medios comenzaron a especular acerca de la relación entre el ataque y la película, entonces los hackers se apropiaron de la idea. Burlarse de los medios informativos, confundirlos y exhibir su ignorancia, es una vieja tradición de los hackers.

Hackers o ciberterroristas

La red de Sony se ha vuelto una especie de trofeo para hackers. Penetrarla representa un triunfo importante, equivalente a escalar el Everest para un alpinista. En una entrevista para el Washington Post (29/XII/14), un portavoz de Lizard Squad aseguró que habían colapsado la red con un ataque de 1.2 terabits por segundo; dijo que no eran un grupo de activistas, sino sólo hackers (se burló del adjetivo ciberterroristas) que radican principalmente en Europa del este; aseguró que ellos habían proporcionado códigos de acceso de empleados de Sony a gop (Guardians of Peace) para su ataque y negó tener vínculo alguno con isis. Lanzar el nombre del Estado islámico y terrorista parecía una provocación más.

Los hackers del califato

El 12 de enero de 2015, presuntos seguidores del grupo ad-Dawlah al-Islamiyah fil ‘Iraq wa ash-Sham, alias Estado islámico o isis, hackearon las cuentas de Twitter y YouTube de centcom, el Comando Central de Estados Unidos durante cuarenta minutos. En ese lapso postearon burlas, amenazas, información previamente publicada y la foto de un chivo. Dado que esto sucedió en una red civil, los hackers nunca tuvieron acceso a información clasificada. Como apunta Wired, se trató del equivalente a apropiarse de un megáfono. El ataque no parece estar a la altura del grado de profesionalismo de la propaganda electrónica de ese grupo, por lo que parece más bien un chiste; como indicio de esto último basta ver que cambiaron el texto del perfil a “I love you isis”, que ellos no se autodenominan así y difícilmente usarían la palabra amor en cualquiera de sus acciones. Por ahora es imposible señalar quién llevó a cabo este ataque que sin duda fue humillante para el ejército estadounidense, pero en realidad inofensivo. En cambio, es seguro que fue un golpe publicitario exitoso para isis y servirá para enfatizar el mito de David contra Goliat.