Sociedad y Justicia
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Censo detecta trabas de aprendizaje y sicológicas en niños de educación básica y media

Menos de uno por ciento de alumnos con discapacidad acuden a escuelas especiales
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de enero de 2015, p. 30

En el país, más de un millón de alumnos de prescolar, primaria y secundaria presentan algún tipo de discapacidad. Sin embargo, sólo 73 mil 977 asisten a Centros de Atención Múltiple (CAM), donde pueden recibir una atención integral, esta cifra representa 0.3 por ciento de la matricula nacional.

De acuerdo con el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (Cemabe), de un millón 15 mil menores que tienen una condición física, intelectual o mental que demanda herramientas de apoyo, 37 mil 716 son autistas; 187 mil 455 presentan alguna discapacidad mental como psicosis, bipolaridad y trastorno de ansiedad, y 137 mil 595 enfrentan déficit cognitivo global o síndrome de Down.

Además, 105 mil 864 padecen discapacidad motriz, 89 mil 662 ceguera, 458 mil baja visión, 52 mil sordera y 57 mil 239 baja audición. Esto significa que por lo menos 4 por ciento de todos los alumnos inscritos en educación básica presenta algún tipo de discapacidad.

Profesores de educación especial destacaron que las autoridades presionan para que todos los niños con alguna discapacidad sean integrados a las escuelas regulares y que ya no asistan a los CAM, pero no aseguran las condiciones de apoyo integral para los niños, quienes en la mayoría de los casos deben soportar exclusión, burlas y dejar sus estudios.

Con el modelo de inclusión educativa, explicaron, se alienta que niños con discapacidad lleguen a aulas donde hay grupos de hasta 45 alumnos por docente, quien no está formado para atender las distintas discapacidades.

Pedro Ramírez Vázquez, dirigente del magisterio mexiquense y profesor con más de 25 años de servicio en telesecundaria, destacó que los alumnos, educadores y padres de familia pagan el costo de una política que condena al olvido a los menores con discapacidad.

Se les inscribe en la escuela, pero hay muy pocas posibilidades de brindarles el apoyo pedagógico integral que demandan.

Planteles sin rampas ni baños

En cuanto a la disponibilidad de instalaciones adecuadas para atender a personas con discapacidad, el Cemabe detectó que 74 por ciento de las escuelas públicas y privadas carece de rampas y 80.5 por ciento no tiene baños amplios y adaptados con agarraderas.

Sin embargo, se identificó que de los 105 mil 864 menores con discapacidad motriz que asisten a la escuela, 12 mil 721 usan silla de ruedas; más de 8 mil se apoyan en bastones, andadera o muletas, y 5 mil 865 tienen una prótesis.

Maestras, directoras y supervisoras de educación especial coinciden en señalar que el modelo de inclusión exige mayor inversión y un compromiso real del Estado para formar a un mayor número de profesores en distintas especialidades, pues los propios CAM enfrentan plantillas incompletas de su personal, lo que hace casi imposible que se puedan trasladar a dar apoyo a los maestros de escuelas regulares.

Hay casos, explicaron, donde llegan a las aulas regulares niños sin ninguna discapacidad intelectual, pero son sordos. Debido a la falta de especialización de los profesores frente a grupos regulares, en su mayoría se trata de niños rezagados o que terminan por abandonar los estudios, porque no se sienten incluidos en el proceso pedagógico.

El Cemabe revela que cerca de 11 mil menores que cursan su educación básica se comunican mediante de la Lengua de Señas Mexicanas, mientras que otros 24 mil 344 requieren aparatos de audición.

Advirtieron que el costo de carecer de una verdadera política pública de atención a los niños con discapacidad lo pagan los propios menores, sus padres, maestros y familia, porque hay situaciones muy dolorosas, pese al discurso de la inclusión educativa. No se trata sólo de evitar la exclusión, sino de garantizar condiciones de atención integral para lograr su aprendizaje y desarrollo personal.