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En octubre perdió el título de peso mediano ante el kazajo Golovkin

Aunque me reía, sabía que todo se había acabado: Veneno Rubio

El pugilista mexicano acepta que es grande la posibilidad del retiro

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Veneno Rubio durante un combate con Rigoberto ÁlvarezFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de diciembre de 2014, p. a13

Marco Antonio Veneno Rubio esperó sonriente el veredicto de la pelea en la que fue noqueado por el kazajo Gennady Golovkin, la noche del pasado 18 de octubre. Sabía que había sido derrotado y con eso, perdido todo por lo que luchó en una vida dedicada al boxeo, el título de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que intentó unificar con el que poseía su rival, el equivalente de la AMB.

Sin embargo, cuando declararon vencedor a Golovkin, la sonrisa del mexicano no desapareció.

Durante la transmisión de la pelea en un canal internacional, los comentaristas criticaron esa sonrisa. La interpretaron como un signo de cinismo o de indiferencia ante la derrota a cambio de una buena bolsa económica por enfrentar a uno de los campeones de fama ascendente.

Yo soy así, todo el tiempo sonrío. Como el payaso, que por fuera sonríe y por dentro está triste, porque así me sentía, pero tampoco voy a llorar para que la gente esté contenta, replica Rubio.

Se sabía derrotado, un golpe descendente y raro como un coscorrón, dice el Veneno, lo mandó a la lona. El réferi Jack Reiss hizo la cuenta de protección y decidió que ya no podía seguir en el combate ante un peleador demoledor.

Me hizo daño con ese impacto. Golovkin es muy bueno y pega duro, agrega.

Después de un primer asalto en el que habían intercambiado algunos golpes, en el que Rubio se veía lento ante la vertiginosa velocidad de las combinaciones del kazajo, lo que ocurrió al mexicano en el segundo episodio le dejó una amargura que no se reflejó en su sonrisa.

En la lona, cuenta el Veneno, decidió esperar el conteo de protección para recuperarse del tremendo golpe a la cabeza. Espero hasta el nueve y se levantó, pero el réferi consideró que el nocaut técnico estaba consumado.

Eso le provocó rabia. En su mente sentía la seguridad de revertir lo que acababa de ocurrirle y de corregir la pelea. Afuera, en la realidad del cuadrilátero, el árbitro y los aficionados ya habían aceptado su derrota.

No me iba a poner a reclamar, pero sentía que había sido injusto porque yo estaba bien y podía seguir. ¿Qué podía hacer? ¿Ponerme a llorar?, lamenta.

Entonces se le vino a la cabeza que esa derrota lo despojaba del título interino del CMB que anheló y falló en anteriores intentos. El 21 de febrero de 2009 perdió ante el famoso Kelly Pavlik, y volvió a fracasar cuando quiso disputárselo a Julio César Chávez junior el 4 de febrero de 2012.

Ese cinturón tan esquivo lo consiguió cuando quedó interino ante el italiano Domenico Spada el 5 de abril de este año. Sólo hizo una defensa y lo perdió.

Lo mismo pensó esa noche en la derrota de Golovkin. Que había perdido todo y que su carrera tal vez había llegado a su fin.

Mi futuro como boxeador está en vilo, dice hoy el Veneno y la posibilidad del retiro es muy grande. Se oye desanimado desde el otro lado de la línea telefónica, pero repite: Pase lo que pase yo soy así, siempre sonrío.