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Para escribirla, Silvia Peláez investigó el tema y conversó con víctimas de este delito

La obra Trance intenta borrar las huellas indeseables de la trata de personas

¡Qué fuerte!, repiten los espectadores después de presenciar la historia de Tesa, una mujer víctima explotación sexual

Es importante abrir un diálogo con la sociedad, asevera la autora

 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de noviembre de 2014, p. a11

Las huellas indelebles que deja la trata de personas y la esclavitud sexual a que son sometidas las mujeres en pleno siglo XXI es el eje de la obra Trance, monólogo original de Silvia Peláez.

Estudié gastronomía y vine a México por trabajo, pero me engañaron, dice Tesa, el personaje del montaje que encarna la actriz Carmen Ramos.

Me obligan a mantener relaciones sexuales con políticos, hombres de negocios y extranjeros que pagan cientos de dólares por mí, dice la mujer al describir su dolor y calvario en un monólogo que sostiene en el escenario del Bicho, en la colonia Roma.

También, prosigue, me quitaron mi pasado, mi futuro y sólo me dejaron este trance perpetuo, insiste la joven, quien se había imaginado otra vida y descendió al infierno.

Esta es una historia en que el pasado impide al presente manifestarse a pesar de los esfuerzos que hace Tesa. No hay horizonte ni futuro para ella, explica la dramaturga Silvia Peláez.

En este montaje, prosigue, se recrea la historia de esta joven que ha sido víctima de la trata de personas, y por tanto la temática toca fibras muy íntimas.

Qué pasa después

Una de las cuestiones que me interesaba destacar, manifiesta Peláez, era qué pasaba después de que la mujer caía en manos de los tratantes. Ese punto en que después de ser liberada la víctima queda trastocada, en trance.

Para escribir la obra, la dramaturga realizó una amplia investigación y platicó con algunas de las víctimas. Plasmar la historia fue un trabajo muy profundo, el cual requería la actuación potente de la actriz para que comunicara tal impacto.

De hecho, los espectadores salen en shock y la frase que repiten al dejar el pequeño recinto teatral es ¡qué fuerte!

Además, es muy importante para mí que asistan a ver la obra asociaciones de derechos humanos y, al mismo tiempo, abrir un diálogo con la sociedad, porque la explotación sexual es una tremenda realidad.

En este montaje no existe la espectacularidad de la escenografía y de los elementos multimedia, sino tratamos de llegar al corazón del teatro y del drama, puntualiza Peláez, quien desea que Trance realice giras en diversas ciudades del país.

Actualmente, explica la dramaturga, la trata de personas ahora recibe la atención de la sociedad, de los gobiernos, de grupos que defienden los derechos humanos, aunque es una situación que ha estado oculta durante mucho tiempo, pero ya recibe atención mediática. No obstante, a pesar de que cada vez se libera a más víctimas de estos delitos, no se ha frenado a las redes de explotación, asevera.

En un somero balance realizado por la producción, se detalla que un diagnóstico de la Organización de las Naciones Unidas y la Secretaría de Gobernación reveló que en México cerca de 70 mil niños y niñas son víctimas de trata, así como informes de la presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata, Rosy Orozco. Esta cifra coloca a México como el país que encabeza la trata de menores en América Latina.

En México, alrededor de 800 mil personas son traficadas anualmente por las fronteras nacionales, sin incluir a millones de víctimas de trata en sus propios países.

Trance tiene funciones los lunes 17 y 24 de noviembre a las 20:30 horas en El Bicho, Colima 268, esquina Insurgentes, colonia Roma Norte.