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Caída de la pareja imperial

Según la versión oficial, abrieron fuego indiscriminadamente

Policías de Iguala y Cocula iban a matar
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En Chilpancingo, manifestantes impidieron el acceso a las tiendas departamentales Liverpool, Soriana y Comercial Mexicana. Las personas encapuchadas regalaron algunos productos afuera de los comerciosFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de noviembre de 2014, p. 6

Al filo de las 21 horas del pasado 26 de septiembre, José Luis Abarca Velázquez, entonces alcalde de Iguala, Guerrero, ordenó que la policía municipal bajo su mando atacara a los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa. Según la versión de la Procuraduría General de la República (PGR), el edil no quería que echaran a perder la fiesta que su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, celebraba por su informe de labores al frente del DIF de ese ayuntamiento.

Los normalistas habían llegado horas antes a esa ciudad a bordo de dos autobuses de turismo para colectar fondos y viajar a la ciudad de México para participar en la marcha conmemorativa de la matanza del 2 de octubre.

Las investigaciones de la PGR han afirmado que todas las actividades de los estudiantes en la ciudad fueron vigiladas por halcones (vigilantes) pagados por los grupos del crimen organizado.

Durante su estancia en Iguala tomaron dos autobuses más y cuando se dirigían a su escuela, el convoy de cuatro unidades fue detenido por los policías. En cuanto bajaron los primeros estudiantes los agentes abrieron fuego y mataron a uno de los jóvenes.

Los policías municipales de Iguala, atendiendo las órdenes del alcalde, pidieron que la policía municipal de Cocula participara en el ataque a los normalistas.

Uno de los cuatro autobuses en los que viajaban los estudiantes logró escapar y fue perseguido por los policías. Hasta ese momento nadie sabía que los uniformados eran financiados por los líderes del cártel Guerreros Unidos.

Durante la búsqueda de los normalistas, los policías se encontraron con el autobús que transportaba a los integrantes del equipo de futbol Avispones de Chilpancingo. Creyeron que eran los estudiantes y provocaron que el camión se volcara. Los uniformados abrieron fuego en contra de los ocupantes de la unidad.

En la agresión falleció una mujer que viajaba en un taxi; David García, El Zurdo, de 15 años de edad falleció en el lugar a consecuencia de los disparos que recibió; el chofer, Víctor Lugo Ortiz, perdió la vida horas más tarde en un hospital, los disparos impactaron sus piernas, brazos y cabeza. Ocho jóvenes futbolistas quedaron heridos.

Los normalistas también fueron atacados a tiros y dos más perdieron la vida. Otros 25 quedaron heridos, dos de ellos continúan delicados en hospitales de la ciudad de México, según los reportes de la PGR.

En las indagatorias de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) se ha detenido a 49 policías municipales, 22 de Iguala y 27 de Cocula; 17 integrantes de Guerreros Unidos y cuatro funcionarios administrativos.

Hasta ayer, las investigaciones continuaban sin ubicar el paradero de los 43 normalistas; lo único que la PGR ha dio a conocer es que fueron entregado a un operador de Guerreros Unidos, identificado como El Gil, para que los desapareciera. La PGR revisó nueve fosas clandestinas y encontró 38 restos humanos, 28 de los cuales presuntamente no corresponden a los normalistas. De los otros diez no ha dado a conocer el resultado de los peritajes de ADN, y se siguen buscando huellas de los estudiantes en un basurero de Cocula.