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Yum Balam: oportunidad para el turismo sustentable Alejandra Serrano Pavón
El paisaje de Holbox es ya conocido internacionalmente por ser un paraíso para el descanso que permite el contacto con un ecosistema único. Esta isla, ubicada al norte del estado de Quintana Roo, se encuentra dentro del área de protección de flora y fauna Yum Balam. Las áreas naturales protegidas son zonas del territorio nacional sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano o que requieren ser preservadas y restauradas y están sujetas a un régimen legal distinto. La riqueza ambiental de Yum Balam y la zona norte de Quintana Roo permiten que ahí se distribuyan 93 especies de mamíferos y 420 especies de aves entre otras. El sitio ha sido reconocido como humedal de importancia internacional bajo la Convención Ramsar, área de importancia para la conservación de las aves y, hábitat del manatí que se encuentra en riesgo. En meses pasados se anunció el desistimiento del proyecto “La Ensenada” el cual pretendía llevarse a cabo en la isla Grande, área que se encuentra totalmente conservada. En la revisión del proyecto, academia, sociedad civil y autoridades identificaron que de llevarse a cabo este proyecto podrían verse afectadas especies como manatí, tortuga carey, manglar como el rojo, blanco, negro y botoncillo; la selva baja, matorral, vegetación de duna, numerosos elementos endémicos, además de pastizales inundables y diferentes palmas protegidas. Las obras de excavación, dragado y tráfico de embarcaciones en la laguna Conil que pretendía realizar el proyecto La Ensenada ponían en riesgo la captura del 31 por ciento de la producción estatal de pesca comercial que se lleva a cabo en dicha laguna. El desarrollo sostenible implica la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Cualquier obra y/o actividad que pretenda realizarse en Yum Balam debe asegurar la permanencia del paisaje, recursos pesqueros y ecosistema del cual dependen las comunidades que ahí habitan. Estudios sobre el turismo han demostrado que la degradación del ecosistema implica el abaratamiento de los mismos, resultando no solo la pérdida de calidad de vida de los habitantes, sino también un impacto a largo plazo a la economía que depende de dichos destinos. Sin duda proyectos como La Ensenada pueden ser sustentables en sitios con menor fragilidad e importancia ecosistémica a la de Yum Balam. Tanto Holbox como la zona norte de Quintana Roo tienen grandes retos ambientales que resolver. Es necesario solucionar el manejo adecuado de los residuos sólidos, los cuales no son trasladados fuera de la isla ocasionando la quema y generación de lixiviados, implicando riesgos a la salud, se deben elaborar y publicar instrumentos que ordenen el crecimiento, delimiten las zonas y características del mismo. Actividades como la pesca comercial y turística así como avistamiento de aves y tiburón ballena deben ser fortalecidas con estudios de capacidad de carga y mercado, capacitaciones y difusión para ser actividades realmente sustentables y rentables. Holbox y la zona norte son una gran oportunidad para que el gobierno mexicano salve la joya de la corona, completando los instrumentos de política pública que no se han llevado a cabo en administraciones pasadas y asegure que el paisaje y calidad de vida que actualmente se disfrutan en Yum Balam perdure. |
