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Suplemento Mensual  Director: Iván Restrepo
Edición: Laura Angulo   29 de septiembre de 2014
Número Especial

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Presentación

Erosión costera en la península de Yucatán: las lecciones que no se aprenden
Ismael Mariño Tapia

Protección del tiburón ballena en el área de flora y fauna Yum Balam
Ricardo Torres Lara y Genny Paredes Alcocer

Solicitaron proteger Holbox pero...

Holbox: una mirada a través de la basura
Emma R. Alonzo Marrufo

Un desarrollo sostenible impulsado por un turismo responsable
Patricio Martin

Yum Balam: oportunidad para el turismo sustentable
Alejandra Serrano Pavón

Holbox, parte de un área natural protegida de flora y fauna

Los problemas de Holbox, noticia en la prensa mundial


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Erosión costera en la península de Yucatán: las lecciones que no se aprenden

Dr. Ismael Mariño Tapia
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Durante los años sesenta y setenta del siglo pasado hubo en el mundo una explosión de desarrollos turísticos en la playa. La práctica de la época promovía construir lo más cerca posible del mar para que el turista no tuviera que hacer el esfuerzo de desplazarse mucho para disfrutar de las olas y la arena. Esto requería que los hoteles fueran construidos sobre la duna costera, aspecto por demás conveniente para la industria hotelera, pues la arena misma podía servir como agregado para la construcción.

Con el tiempo, los hoteleros fueron experimentando las consecuencias adversas de esta práctica, pues no solamente su infraestructura sufría daños cada que ocurrían tormentas intensas, sino que también se dieron cuenta que la playa desaparecía de forma cotidiana para no volver. Una industria cuya ganancia económica se fundamenta en vender momentáneos espacios en paradisiacas playas no puede carecer de arena, pues esto pone en riesgo su existencia.

Esta situación lleva a la necesidad de buscar “soluciones” para recuperar playa, lo cual puede ser muy costoso (i.e. rellenos masivos con un costo de cientos de millones de pesos) e ineficiente (instalación de espigones)o o se realiza con un mal diseño afectando otras regiones de la costa y medios ambientes aledaños a las playas, como manglares, lagunas y arrecifes coralinos. En países donde la preservación de la playa es un asunto de seguridad nacional (i.e. Holanda), se han dado cuenta que la solución más adecuada es trabajar en conjunto con los procesos de la naturaleza, no combatirlos. Esto implica saber dónde, cómo y cuándo construir o intervenir en la zona costera, lo cual a su vez requiere de un profundo conocimiento de cómo opera el sistema costero. En México, tenemos ya importantes avances en dicho conocimiento pero falta visión y voluntad política para implementarlo.

A continuación expondré lo que sabemos hasta ahora de la dinámica de playas, con énfasis en las condiciones que hacen de la península de Yucatán un sitio con tanta fragilidad en su franja litoral. Es decir, ¿por qué se pierde la arena de forma tan consistente en las playas de la península, incluso en Holbox? La respuesta más inmediata es por el mal uso que le damos a la zona costera, pero cabe primero la pena de ahondar en las causas naturales.

En un sistema de playa natural, es decir, sin intervención humana alguna, los ciclos de erosión y acreción son procesos periódicos y recurrentes. Evidentemente, el agua es la que mueve a la arena, pero ¿qué mueve al agua en la península de Yucatán? y ¿cuáles son sus efectos en el movimiento de arena?

A. Efectos de la circulación a gran escala: En el océano mundial el viento es uno de los principales precursores de las corrientes marinas de gran escala. En la región de cabo Catoche, tenemos la presencia de la corriente de Yucatán, una intensa corriente marina de 2 m/s (un nadador olímpico puede vencer una corriente de 1 m/s con dificultad) que corre hacia el norte en el estrecho de Yucatán y que influencia considerablemente la dispersión de materiales sobre la plataforma continental del norte de la península.

La figura 1, tomada de Enríquez et al. (2010), muestra cómo la dispersión de materiales en suspensión (i.e. sedimentos) es más intensa cuando la corriente de Yucatán tiende hacia la península (Fig. 1 izquierda), que cuando se dirige hacia Cuba (Fig. 1 derecha). En los años en los que esto ocurre, el material que escapa a la zona litoral podrá viajar más lejos exportando la arena hacia el Golfo de México. Algo que es muy importante hacer notar es que la corriente marina de amplia escala en la plataforma de Yucatán es relativamente intensa (20 cm/seg), y muy consistentemente hacia el oeste, acarreando el sedimento que se escapa de la playa, o se suspende en el mar hacia esa dirección (Fig. 1).


Figura 1. Efecto de la corriente de Yucatán en la dispersión de materiales
en la costa norte de la península

B. Efectos del oleaje: A diferencia de las corrientes marinas, que asemejan ríos en el mar, las olas en mar abierto no transportan mucha agua. El proceso es similar a una cuerda en la que se genera una onda al moverse de arriba hacia abajo. La cuerda no se transporta horizontalmente. Se dice que solo se propaga la energía. Sin embargo, al romper cerca de la playa, las olas comienzan a mover agua y generar corrientes. El oleaje rompiente es el principal motor del movimiento de la arena en las playas. Existen por un lado las corrientes litorales que se generan cuando los trenes de olas se aproximan a la playa en un ángulo (ver figura 2). Similar a lo que haría una escoba al barrer, las olas que rompen en un ángulo en la playa acarrean la arena hacia la misma dirección hacia donde se dirigen.

En la costa norte de Yucatán, donde se encuentra Holbox, esto tiene una marcada periodicidad: cada día en la tarde sopla la brisa marina del NE generando olas con ángulos muy abruptos (45º) lo que genera una fuerte corriente litoral hacia el oeste (W). A pesar del pequeño tamaño de las olas de la región (< 0.7 m y solo 3 segundos entre cresta y cresta) esta corriente litoral acarrea consistentemente grandes cantidades de arena hacia el oeste. Es por esto que cualquier obstáculo que se le ponga a esta corriente acumulará arena corriente arriba.


Figura 2. Esquema de la generación de corrientes litorales por efecto
de oleaje rompiente actuando en un ángulo con la costa

La figura 3 izquierda muestra el efecto del puerto de abrigo de Chuburná en la playa. La estructura incrementó el ancho de playa en su cara Este aproximadamente 200 m, mientras que en la zona corriente abajo (al W) perdió 130 m de ancho de playa. La costa norte de Yucatán tiene al menos 10 de estos puertos de abrigo y numerosos espolones clandestinos.

Este tipo de estructuras no solo bloquean el transporte de arena a las playas del W, sino que alteran el patrón de corrientes de forma tal que la arena transportada a lo largo de la playa es redirigida hacia el mar por efecto de la estructura misma (figura 3 derecha) exportando arena de la playa y montándola en la persistente corriente de plataforma que también va al W. Este es un excelente sistema de exportación y pérdida de arena al mar, lo que es desafortunado y poco deseable desde la perspectiva de la preservación de playas.


Figura 3. (izquierda) Efecto del puerto de abrigo de Chuburná, Yucatán en la línea de costa.
Alteración del patrón de corrientes litorales por efecto de un campo de espolones (derecha)

Otro efecto importante del oleaje se relaciona con el transporte que ocurre perpendicular a la playa (hacia el mar y del mar) en ausencia de estructuras. La figura 4 nos resume el comportamiento de este transporte de arena, fundamentado en numerosos estudios (Mariño Tapia, 2007). Dentro de la zona de rompientes (donde las olas forman espuma), existe una intensa corriente que se mueve hacia el mar. Esta corriente, conocida como resaca, en conjunto con la agitación generada por las olas transporta arena hacia el mar, y es la principal responsable de la erosión de playas y dunas.

Esta corriente cesa cuando las olas ya no rompen fuera de la zona de rompientes. En esta última región, denominada zona de asomeramiento, las olas son afectadas por el fondo marino, deformándolas. Una ola deformada (crestas picudas y valles planos) transporta arena preferencialmente hacia la playa. Es decir, las olas en agua somera tienden a acarrear sedimento hacia las playas. Entre más largas son las olas, más capacidad tienen para transportar arena. Las olas de Yucatán son predominantemente cortas, por lo que no tienen gran capacidad para acarrear arena hacia la playa. Para un sitio como Yucatán, donde la única fuente de arena es el mar, dada la carencia de ríos, éstas son malas noticias. Los procesos representados en la figura 4 implican que durante una tormenta las olas crecen, la zona de rompientes se expande y predomina el transporte hacia el mar en la playa sumergida y en la duna, erosionándolas y transportando la arena hacia el mar, donde se forma una barra de arena. Esta nueva barra de arena causa que las olas rompan protegiendo a su vez lo que queda de playa. Durante condiciones de calma la arena de la barra depositada en la tormenta se vuelve a mover a la playa y la duna regenerándolas.


Figura 4. Patrones de transporte de arena perpendicular a la playa mostrando
las implicaciones durante tormentas y durante periodos de calma

Cuando este balance natural se bloquea por la presencia de construcciones en la duna, se interrumpe el ciclo de erosión y recuperación, pues la reserva de arena de la duna que se usa naturalmente para formar una barra y disipar la energía del oleaje no actúa como antes, causando una incrementada erosión en las playas. Esta arena que escapa del sistema, no regresa.

En sitios donde se ha construido una extensa infraestructura hotelera sobre las dunas, la erosión de playas tenderá a ser un problema crónico que se puede resolver temporalmente con millonarias inversiones en rellenos artificiales, como ocurre en Cancún. Sin embargo, si se construyeran los futuros “desarrollos” turísticos e inmobiliarios tomando en cuenta esta intrínseca dinámica, los problemas de erosión tendrían amplias probabilidades de evitarse.

Por todo esto es tan importante y necesario aprender de nuestros errores y no repetir los mismos patrones de comportamiento que dañan nuestro ambiente, so pretexto del desarrollo económico, la creación de empleo y la generación de divisas, pues a la larga esta práctica trabaja en contra del mismo fin que busca.