Sociedad y Justicia
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Las pruebas han mostrado que el óxido de titanio es resistente a la corrosión

Desarrollan recubrimiento de prótesis que inhiba bacterias y sea de bajo costo

La investigación, financiada por Conacyt-UNAM, requerirá colocar implantes en animales

 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de julio de 2014, p. 38

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollan un recubrimiento biocompatible para prótesis que mejore las propiedades de interacción celular, promueva el crecimento del hueso e inhiba la adhesión de bacterias y que además sea de bajo costo.

Sandra Rodil, del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de esa casa de estudios y quien encabeza el proyecto, señaló que luego de pruebas con diversos materiales, los mejores resultados se han obtenido del óxido de titanio, el más resistente a la corrosión y el más conveniente para interactuar con un medio biológico.

Casi todos los implantes para sustituir hueso, dijo, requieren ser de metal porque tiene las propiedades mecánicas más adecuadas. No obstante, los que poseen una respuesta de biocompatibilidad y que, por lo tanto, son de uso médico, son sólo tres: las aleaciones de titanio, el cobalto-cromo y el acero inoxidable.

Explicó que a escala mundial el titanio ha ganado terreno, aunque México no es productor del metal y ni siquiera de los implantes, por lo que son extremadamente caros. Para obtenerlos, “dependemos de la importación.

“La idea es buscar una alternativa, un metal o sustrato como el acero inoxidable, que sí se produce en el país, para fabricar los implantes y luego colocarles un recubrimiento, una especie de ‘pintura especial’ que les brinde las mejores propiedades de biocompatibilidad y resistencia a la corrosión, y con el que las células interaccionen bien y permita su funcionamiento idóneo” manifestó Rodil.

Para ello, se han estudiado diferentes óxidos metálicos, como los de circonio, tantalio y niobio. Analizamos desde la resistencia a la corrosión que proveen, hasta la interacción con células, bacterias e incluso con proteínas.

Esto se debe porque al colocar un implante el primer fenómeno que se presenta es una adsorción de proteínas en su superficie. Luego interaccionan las células y las bacterias, aunque aquí se pretende que las primeras sean las que empiecen a poblar la superficie de la prótesis y produzcan hueso nuevo para consolidar la unión.

Los resultados de esta investigación básica han mostrado que el óxido de titanio es el más atractivo, el que tiene una mejor respuesta, por lo que los científicos se esfuerzan en mejorarlo hasta lograr que una pieza de acero inoxidable recubierta con aquel sea igual que una de titanio, pero más económica.

Rodil y su equipo han descubierto, además, que desde el punto de vista biológico resulta mejor un óxido de titanio amorfo, es decir, desordenado en su arreglo atómico. Eso tendría impacto en una producción industrial, porque un arreglo cristalino, ordenado, requiere calentar la muestra antes de hacer el depósito y, por tanto, una inversión mayor.

La especialista añadió que la investigación –financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la UNAM– deberá tener una aplicación real, lo cual requiere pruebas de implantes colocados en animales para determinar su funcionamiento a tiempos más largos.