A contracorriente de lo ocurrido en la mayoría de las naciones de América Latina y el Caribe durante 2013, México registró una reducción tanto en el número de migrantes a Estados Unidos como en las remesas de éstos al país, indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su más reciente estudio sobre el tema.

Antes del bienio 2008-2009, las remesas a la región crecieron a una tasa anual promedio de 17 por ciento, pero con la crisis financiera mundial cayeron más de 10 puntos porcentuales.

Sin embargo, el BID precisa las diferencias que existen por subregiones ya que México registró el mayor retroceso en la captación de remesas: una caída de 3.8 por ciento, en contraste con el aumento de 5.4 por ciento que obtuvieron los países centroamericanos y de 3 por ciento las naciones caribeñas.

La disminución de las remesas destinadas a México es consistente con la disminución de sus migrantes en Estados Unidos, sostiene el banco regional. En 2013 hubo 0.8 por ciento migrantes mexicanos menos en la nación vecina, todo lo contrario de lo sucedido en el resto del continente pues los migrantes de los países caribeños aumentaron 7.3 por ciento, los sudamericanos 2.5 y los centroamericanos 0.6 por ciento.

Al cierre del año pasado existían 21 millones de migrantes latinoamericanos y caribeños en Estados Unidos, de donde provienen tres cuartas partes de las remesas de América Latina y el Caribe. El 54.2 por ciento de esos migrantes eran mexicanos, pero un año antes representaban 55 por ciento del total. En tanto, los caribeños subieron de 12.1 por ciento en 2012 a 19.4 el año pasado, los sudamericanos aumentaron de 9.5 a 12 por ciento en el mismo periodo y los centroamericanos de 13.8 a 14.4 por ciento.

Las remesas de los migrantes llegó a 61 mil millones de dólares, pero sólo México y países de Sudamérica presentaron tasas negativas que fueron compensadas por los crecimientos de las naciones de Centroamérica y el Caribe.

El BID apunta que aunque México tuvo un breve periodo de recuperación (en la captación de remesas) con ciertos altibajos temporales asociados a movimientos del tipo de cambio peso-dólar), en 2012, particularmente a partir del segundo semestre de ese año, las remesas presentaron tasas negativas y ello continuó durante los primeros siete meses de 2013.

En el primer trimestre de ese año la caída fue de 10.5 por ciento y en el segundo de 9.1 por ciento, aunque en el tercer y cuarto trimestres subieron 2.5 y 3 por ciento.