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Reprimenda del Vaticano a religiosas que otorgaron un reconocimiento a teóloga feminista

No quedarse en el pasado, mensaje de la Iglesia sobre casos de pederastia

Asegura que 848 sacerdotes católicos acusados de violar a menores han sido suspendidos

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El arzobispo Silvano Tomasi admitió ante el comité de la ONU sobre tortura que la Iglesia católica protegió en el pasado a sacerdotes que abusaron de menores, pero aclaró que esa práctica se abandonó hace años, cuando la jerarquía religiosa comprendió mejor el asunto. La imagen es de antier, en la comparecencia en GinebraFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de mayo de 2014, p. 24

Ginebra, 6 de mayo.

El Vaticano dijo este martes a los críticos por su manejo de los escándalos de abusos sexuales que ha desarrollado políticas modelo en protección a la infancia durante la última década y que sus acusadores no deberían quedarse fosilizados en el pasado ahora que, subrayó, su actitud es diferente.

En declaraciones ante el Comité de la Organización Naciones Unidas sobre la Tortura, el embajador del Vaticano aquí admitió que la Iglesia católica protegió en el pasado a sacerdotes que abusaron de menores, pero dijo que abandonó la práctica hace años, debido a que comprendió mejor el asunto.

El arzobispo Silvano Tomasi respondía a preguntas del comité, que abordó el lunes las medidas tomadas por el Vaticano y pidió que se implemente un sistema de investigación permanente para poner fin a lo que denominó clima de impunidad dentro de la Iglesia.

Grupos en representación de víctimas de abusos sexuales por sacerdotes dijeron tras la audiencia del lunes que los religiosos denunciados seguían siendo destinados a otras parroquias, en ocasiones a otros países, para protegerlos de posibles acusaciones ante una corte.

Respecto de esa acusación, Tomasi dijo: no debemos estar fosilizados en el pasado, al agregar que durante las décadas de los 60 y 70 se creía que los atacantes podían recibir tratamiento sicológico en vez de ser tratados como delincuentes.

Desafortunadamente, fue un error, como ha demostrado la experiencia. Debemos apreciar la evolución de la cultura y (...) la enorme cantidad de trabajo que se ha hecho en 10 años por una institución como la Iglesia católica, indicó.

Precisó que 848 sacerdotes acusados de violar y abusar sexualmente de menores fueron suspendidos de sus funciones y expulsados, y otros 2 mil 772 recibieron sanciones menores durante la última decada. Sostuvo que el Vaticano ha demostrado su compromiso total en su lucha contra casos de pedofilia en la Iglesia católica.

Barbara Blaine, fundadora y presidenta de Survivors Network of those Abused by Priests (SNAP) (Red de sobrevivientes de personas víctimas de abuso por sacerdotes), deploró que el Vaticano evada y minimice las acusaciones contra sacerdotes que cometieron pederastia y acusó a Tomasi de evitar el tema al decir que la Iglesia se apegó a la visión común de los expertos décadas atrás.

Eso es ridículo. Todos sabían que violar niños era un crimen y que debía ser reportado a la policía, indicó.

El escándalo de abusos sexuales ha perseguido a la Iglesia católica por más de dos décadas.

Otro comité de la ONU, que revisa el cumplimiento de una convención sobre derechos de los niños, acusó en febrero al Vaticano de hacerse de la vista gorda sistemáticamente a décadas de abusos y de intentar encubrir delitos sexuales cometidos por sacerdotes.

El Vaticano dijo que el reporte era injusto y prejuicioso.

Consultado sobre un embajador del Vaticano acusado de abusos sexuales en República Dominicana, Tomasi dijo que el arzobispo Jozef Wesolowski sería juzgado en el Vaticano, pero que su caso se había demorado porque todavía no llegaban todos los documentos necesarios.

El comité entregará el 23 de mayo un reporte final sobre el cumplimiento del Vaticano de la convención contra la tortura, tratado que firmó en su condición de Estado soberano con estatus de observador en Naciones Unidas.

En este contexto, el Vaticano informó que amonestó duramente a las religiosas estadunidenses de la Conferencia de Dirección de Mujeres Religiosas (LCWR, por sus siglas en inglés) por otorgar un premio a una reconocida teóloga feminista.

En un documento firmado por el responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, se reprocha con tono muy severo la decisión de la LCWR de premiar a la religiosa Elizabeth Johnson, autora de numerosas obras y pionera de una generación de intelectuales feministas que han estudiado cómo los prejuicios culturales entre los escribas bíblicos pueden haber llevado a disminuir el papel de las mujeres en las religiones, especialmente en la católica.