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Excepcional foro en la UAM Xochimilco y el Senado, indica Eduardo Cruz

A 20 años de vigencia del TLC, revisan repercusiones en la actividad cultural

México no estaba preparado para competir en cine, música o espectáculos en vivo, refiere

 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de marzo de 2014, p. a10

A 20 años de su puesta en marcha, el Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte ha sido un lubricante o engrudo para el desarrollo de la economía cultural de México, particularmente en lo que tiene que ver con Estados Unidos y Canadá, por lo que para analizar sus repercusiones ayer se inició en la UAM Xochimilco el foro Paso libre a la cultura. Tratos y maltratos del TLC de América del Norte, que hoy finalizará en el Senado, expresó Eduardo Cruz Vázquez.

En entrevista, el coordinador del Programa de Economía Cultural y del Grupo de Reflexión sobre Economía Cultural de dicha sede de estudios, indicó: “Analizaremos lo hecho para tratar de cuantificar el comportamiento que tienen estos sectores, a los que llamamos como ámbito cultural. Formalmente, la economía mexicana no tiene caracterizado un sector cultural, sino una dispersión de actividades económicas dentro de los 20 sectores en que está constituido el aparato productivo.

Ocho mesas, 30 expertos

“El grupo al que pertenezco genera esta propuesta, en colaboración con las comisiones de Cultura del Senado y de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. En ocho mesas, en dos días, participan 30 expertos, entre ellos dos mexicanos radicados en Estados Unidos, que tienen tres décadas de fungir como empresarios culturales. Ellos son Miguel Ángel Corzo y Gregorio Luque. De Canadá, un experto de nombre Charles Vallerand, promotor del seguimiento de la diversidad cultural. El diálogo es bilateral. Con el canadiense, yo haré una revisión de cómo nos ha ido a nivel macro.

“En el plano audiovisual analizaremos qué está pasando con la televisión y el cine. Otra mesa abordará los campos económicos de las artes visuales, de las artesanías, de la literatura y del turismo cultural. Seguimos con el subsector de artes escénicas, que se refiere a música y al espectáculo en vivo, con todo lo que tiene que ver con danza.

Una mesa obligada es telecomunicaciones e Internet. Otra dedicada a ciencia y tecnología y al final, hoy, lo relativo a los cambios a nivel de Estado, no sólo el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, sino todas las instituciones que participan en la vida pública del país. ¿Qué tanto cambiamos en 20 años bajo el influjo de un tratado comercial? Esta es la primera actividad en su tipo en muchos años. Se intenta hacer una revisión en cuanto a lo cuantitativo y cualitativo. La actividad cultural, México no la incluyó en el tratado, ni Canadá, y quedaron aspectos abiertos.

–¿Estaba México preparado en materia cultural para suscribir ese TLC dadas las asimetrías?

–El equipo negociador, y hace dos meses lo dialogué con Jaime Serra Puche, partieron de la idea de que la fortaleza de la cultura mexicana no requería de ningún tipo de salvaguarda ni de protección para enfrentarse a los aparatos económicos de EU y Canadá. Los canadienses sí consideraron necesario establecer cierta reserva. Desde el punto de vista cualitativo, de lo que es la cultura mexicana, se pensó que el país estaba preparado, pero no para competir en campos concretos de la actividad comercial, como es el caso del cine, de la música, del espectáculo en vivo, en el comercio internacional de obra de arte, de las artesanías, en la exportación de libros, en la elaboración de traducciones, en fin, hay una serie de capítulos, como el de la industria gráfica, en donde México no estaba suficientemente preparado.

Canadá, pasivo

En todo esto, Canadá ha sido un jugador prácticamente pasivo. Nosotros estamos trabajando en este momento con la ayuda del Banco de México para cerrar una sumatoria de los 20 años del TLC, en el renglón de exportaciones y de balanza comercial. El problema es que para tener las cifras mágicas, esto tiene que ver con la forma en que se generó la clasificación industrial y lo que llamamos capítulos o fracciones arancelarias están tan dispersos y pulverizados que el acopio de la información es muy difícil, es una tarea agobiante. Lo que sí tenemos claro es que en las cifras que nos provee el Banco de México evidencia una fuerte tendencia hacia EU en materia de importaciones. Con Canadá es irrelevante nuestra relación al respecto. Con ambos países, el capítulo cultural es bastante insignificante. No es representativo en el conjunto de la economía nacional. Para EU ha resultado mucho más benéfico el TLC en materia de productos y bienes culturales.

Es, dijo, reacio a hablar de industrias creativas e industrias culturales, porque la economía nacional no las reconoce como tal. Lo que existe en nuestro país son micro, pequeñas y medianas industrias, o grandes y medianas empresas. En ninguno de los sistemas de clasificación habla de industrias culturales.