Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 9 de febrero de 2014 Num: 988

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Hacia el encuentro
de José Rolón

Edgar Aguilar entrevista
con Claudia Corona

Maquiavelo y la
concepción cíclica
de la historia

Annunziata Rossi

Yves Bonnefoy y el territorio interior
Homero Aridjis

Nicolás Maquiavelo
a Francesco Vettori

Annunziata Rossi

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Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
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Jorge Moch
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Embestida guiñol

No se puede esperar otra cosa de alguien que no es sino producto de la televisión en México. Enrique Peña Nieto, aunque lo ha negado varias veces con vehemencia de teleprompter, fue candidato presidencial cocinado en los foros de las televisoras, Televisa y en menor medida TV Azteca; emporios que ahora son sus vocerías y puntales de absurdas, onerosas y mendaces campañas de propaganda gubernamental. Condonar miles de millones de pesos en impuestos, como sabemos que hizo apenas llegar al poder, es una manera de abonar el paseo en mediáticas andas con el que el exgobernador del Estado de México se dio a conocer en todas las regiones de México hace unos años, a la manera de lo que últimamente ha estado haciendo, por ejemplo, el que podría ser –no por aptitudes, sino por el tipo de maniobra turbia que en contratos publicitarios representa fortunas, por la trayectoria mediática y hasta por semejanzas de índole romántica de farándula– su relevo, otra vez un presidente débil, maleable a los intereses de las grandes corporaciones, el actual gobernador de Chiapas: Manuel Velasco.

Es ingenuo creer que un presidente mexicano que tanto debe a los oligopolios de los medios fuera a tocarlos con el pétalo de un organismo regulador. Expertos en simulación y maquillaje, los operadores del gobierno, a menudo estrategas y cabilderos de las televisoras, aparentaron una embestida contra el duopolio televisivo y contra ese conjunto de prácticas perniciosas que van desde evidentes campañas de desinformación y tergiversación burda de la realidad (recordemos simplemente el reciente y penoso asunto de los desmentidos del líder de las autodefensas michoacanas) hasta la descarada promoción de una suerte de tugurio contracultural en el ideario colectivo mexicano, inundado de fanatismos religiosos, ultraconservadurismo ramplón, vulgaridades sexistas y escándalos de estercolero deliberadamente encaminados a abismar en la gente las bellas artes, el interés por la ciencia o por el realista, lamentable estado de su propio e inmediato entorno: la televisión mexicana, de la mano de regímenes corruptos y criminales tanto federales como estatales y municipales, es corresponsable de la devastadora cultura de la indolencia que tiene al país de bruces y entregado ya a la voracidad de la iniciativa privada trasnacional, muchas veces ésa sí, como en el caso de las mineras canadienses o petroleras españolas y estadunidenses, soportada por sus propios gobiernos en detrimento de soberanía y riqueza que debería ser potestad y privilegio exclusivos de los mexicanos. No hay cáscara de maquillaje que resista el saqueo colonialista redivivo, pero eso ni al presidente guiñol ni a sus manejadores y testaferros es cosa que interese.

El periodista Jenaro Villamil puso hace una semana en la revista Proceso el dedo en la llaga al revelar las reuniones “de cuates” entre el presidente que debería ser de todos los mexicanos y sus consentidos consentidores, en un presunto campo de golf privado, chusmas, proles y chairos fuera, en la zona residencial de la exhacienda Casas Viejas, en rumbos de Valle de Bravo, claro, cercano al epicentro del tan nocivo Grupo Atracomulco. Allí, según la investigación de Villamil, se enmendó plana a temas que causan escozor a Televisa: “El proceso de investigación iniciado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para declarar al grupo como ’agente económico preponderante‘ y la posibilidad de que tenga que desagregar activos y eliminar propiedad cruzada en varias empresas, especialmente de televisión restringida; el proyecto de licitación de las dos cadenas de televisión digital abierta, anunciado formalmente por el mismo instituto el 20 de diciembre de 2013 a través del Diario Oficial de la Federación; el avance del llamado ’apagón analógico’ dentro del programa de Televisión Digital Terrestre, y la instalación, antes de que concluya el año 2014, de una ’red compartida de servicios de telecomunicaciones’en la banda de 700 MHZ, que la empresa de Azcárraga Jean percibe como una amenaza para su proyecto de triple play.”

Veremos entonces de nuevo, en breve, cómo se echa a andar toda la maquinaria corrupta y servil del gobierno para rendir pleitesía a sus patrocinadores. Pasando desde luego por encima de los derechos de los mexicanos y, como es histórica costumbre, abdicando el gobierno de sus responsabilidades para seguir sirviendo intereses que no podrían estar más lejos de lo que nos conviene a todos y no sólo a unos pocos potentados abusivos.