Miacatlán, Mor., 1° de febrero.

Con veladoras, flores, cohetes, música de banda y chinelos, habitantes de esta cabecera municipal recibieron esta madrugada el cuerpo de Édgar Tamayo Arias, que un día antes fue repatriado desde Texas, donde fue ejecutado el 22 de enero.

Desde la tarde del viernes, cuando se anunció que los restos del morelense llegarían después de la medianoche del sábado, familiares y vecinos comenzaron a concentrase en la casa de la familia Tamayo Arias en esta cabecera municipal para rezar.

Minutos antes de la media noche se anunció que la carroza estaba por llegar a Miacatlán, donde nació Édgar hace 46 años y de donde se fue cuando tenía 19 años en busca del sueño americano.

Se pidió a los presentes que se fueran a Los Arcos, a unos 500 metros de la casa. Allí, los familiares y vecinos repartieron a los asistentes alcatraces y veladoras. Hicieron dos enormes vallas para que en medio pasara la carroza y las patrullas con las sirenas encendidas que estaban por arribar.

Los padres no fueron a este encuentro porque la señora está enferma de las rodillas y le es imposible caminar, dijo un familiar. Por eso, el ataúd fue recibido por hermanos y primos de Édgar, entre ellos el alcalde Sergio Carreño Arias.

La gente aplaudió y gritó porras. Los cohetes explotaron y la banda musical Cerro Prieto tocó El novillo despuntado; después fue turno de los chinelos, entre ellos un hermano de Édgar.

De allí el féretro fue llevado en hombros a la que fue su casa. Los chinelos y una corona de flores iban al frente, luego el féretro, después la banda y atrás los pobladores.

Al entrar el cuerpo a la vivienda, la banda de música tocó Puños de tierra.

Este domingo se efectuará una misa a las cuatro de la tarde. Después el cuerpo sera sepultado en el panteón del pueblo.