Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 5 de enero de 2014 Num: 983

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Tario, el fantástico
Ricardo Guzmán Wolffer

Poetas de Guerrero

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Francisco J. Garrido

Promenade
Luis Bernardo Pérez

Robert Capa,
reportero de guerra

Manuel García

Rafael Alberti entre
el clavel y la espada

Rodolfo Alonso

Tiempo del juicio
Antonis Dekavales

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Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Poesía
Guillermo Samperio
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
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Felipe Garrido

Berenice

Para Francisco Torres Córdova

Huelo a pus, a sudor, a polvo. Son incontables los olores del pan, de las frutas, de la grasa que se dora, pero mi sola mueca la dibuja el hambre. Había dos hermanos. Hambrientos. Una tarde la bestia ya no quiso verlos. Fueron un muro de sangre en sus ojos de vidrio. Nos quedamos solos los tres.

La bestia lame insaciable. Lame a la otra mujer. Antes ella me arrullaba; me ponía piedras en la boca para consolarme; no pudo mostrarme nunca el color de la leche. Yo la miro sin decir nada. En sus radiantes, rojos labios rotos no hay risa que relumbre. La bestia los muerde, los lame, los chupa, pero mira los míos. En el pliegue más suave, allí muerde. Escurre la sangre y la bestia lame. La mujer me mira con odio porque sabe que son mis labios los que la bestia mira.

Al alba oscurece mi rostro. Y de pronto una boca más grande que mi boca, la hinchazón de su lengua, el calor de su cuerpo, el golpe de su pulso en mis oídos.