Deportes
Ver día anteriorSábado 21 de diciembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Sólo este año se registraron 30 muertes ligadas al futbol

El Mundial de Brasil, en el foco de atención por las barras bravas

Los fanáticos violentos ganan poder e impunidad ante reacciones tardías

Foto
Enfrentamiento entre seguidores del Atlético Paranaense y Vasco da Gama, el pasado 8 de diciembreFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de diciembre de 2013, p. a13

Montevideo, 20 de diciembre.

La violencia de las barras bravas cada vez más organizadas irrumpió en el futbol sudamericano en 2013 y pone en el foco al anfitrión del Mundial 2014, mientras ganan poder e impunidad ante las reacciones tardías de las autoridades para contenerlas.

Sólo en Brasil este año fueron 30 las muertes ligadas al balompié, una menos que en 2011, el peor año en su historia, mientras que en Argentina sumaron nueve. Ahí los hinchas visitantes tienen vedado el acceso a los estadios tras reiterados sucesos de violencia, pero también se registraron casos fatales en Colombia, Paraguay y Perú, y agresiones y desmanes de distinta escala que dejaron heridos o detenidos en Uruguay, Ecuador y Chile.

En algunos países de la región, las barras bravas se han convertido en verdaderas asociaciones ilícitas con células de choque amparadas por políticos, dirigentes y policías, como en Argentina, o son incipientes organizaciones que se envalentonan, ganan impunidad y luego arrasan como terremotos. En general, se nutren de hinchas genuinos atraídos por su amor al club, pero luego sienten que han ganado un espacio de poder.

Se desahogan del sistema social mediante el futbol, que es un espacio de comunicación y expresión, que en casi toda Latinoamérica es como un tema tribal, dijo Andrés Parra, sociólogo deportivo de la Universidad Central de Chile.

El balompié es una gran vidriera: tenemos una violencia instalada interpersonal y social y no es nada llamativo que esos fenómenos de agresión se expresen en una cancha, dijo Leonardo Mendiondo, sociólogo uruguayo e investigador en deportes.

Válvula de escape sin restricción

En similar sintonía, Aldo Panfichi, sociólogo de la Universidad Católica de Perú, sostuvo que la hinchada tiene una tolerancia muy amplia a las conductas extremas, es por eso que permite, sin freno, expresiones de problemas más profundos que no aparecen tan descarnadamente; es como una válvula de escape sin restricción.

Sin embargo, los barrabravas no son individuos aislados de la realidad social de sus países, advirtieron los especialistas.

Tenemos una violencia que es centrífuga, que sale del futbol a la sociedad, pero también la hay centrípeta, que es la que viene de la sociedad al balompié; ahí tenemos racismo, señaló de su lado Quito Fernando Carrión, especialista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Para Luis Sustas, sociólogo argentino del Instituto Gino Germani, “los integrantes de una barra no son seres irracionales o monstruos. Todo lo contrario. Su escenificación tiene un sentido: actúan de acuerdo a cómo se les construye y a cómo se relacionan con el resto de la sociedad en tanto pertenecen a ese grupo”.

En la región, las autoridades casi siempre van un paso atrás de los fanáticos violentos: actúan cuando ya ha ocurrido algún hecho grave y carecen de una política amplia que englobe los aspectos sociales y preventivos, según los expertos.

Medidas como vedar el acceso a hinchas visitantes, mayor vigilancia policial, prohibición de ingreso con elementos contundentes y la identificación de los barras no han dado los resultados esperados.

Brasil quedó expuesto tras un grave enfrentamiento este mes entre seguidores del Atlético Paranaense y el Vasco da Gama, que dejó cuatro personas heridas y dudas sobre las medidas que se instrumentarán para la cita mundialista.

Sentí que mi casa había sido invadida por el salvajismo y la barbarie, relató el profesor brasileño de sociología Mauricio Murad, al observar los hechos por la televisión.

Ahora las autoridades brasileñas trabajan para implementar medidas como quitar puntos a los clubes, cuyos hinchas incurran en actos violentos, o establecer juzgados especiales para barristas en los propios estadios, pero Murad considera que muchos hechos se producen fuera de los escenarios.

Los turistas podrían estar en riesgo en el Mundial, alertó el especialista y autor del libro Cómo entender la violencia en el futbol.

Otro punto medular es la relación que han establecido los directivos con los hinchas violentos.

“Los dirigentes han jugado con fuego al regalar entradas y dar mayores espacios a los barras bravas, pensando que el negocio de alentar a su equipo era un beneficio, pero al final fue todo lo contrario, ya que delincuentes ocultos en las barras se apropiaron del espectáculo e incluso armaron redes de chantajes y amenazas contra dirigentes y futbolistas”, advirtió Parra.

En Argentina, las barras bravas se han diversificado en numerosos negocios ilegales, al punto que semanas atrás integrantes del núcleo violento de Boca Juniors fueron detenidos en una cueva del centro de Buenos Aires, donde hacían transacciones ilegales con dólares. Ese es apenas uno de sus emprendimientos.

Pero los hinchas violentos de Sudamérica no actúan aislados: en varios países han establecido sólidas relaciones y parece que Buenos Aires es la sede de una verdadera “internacional barrabrava”, desde donde adiestran a sus colegas en sus prácticas ilícitas.