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Uno de los lesionados fue dado de alta sin diagnóstico ni instrucciones de tratamiento

Olvidan a víctimas de accidente de autobús en el estado de México

Sólo se han cubierto indemnizaciones a los deudos de seis de los 19 pasajeros que perecieron

Empresa transportista ofreció predio en garantía de pago

Familias pierden fuentes de ingreso

Foto
Félix Hernández, de 26 años, recibe ayuda de su madre, Francisca Pérez, para sentarse y asearse, luego de sufrir un accidente el 4 de octubre en la carretera libre Naucalpan-Toluca, en el estado de México. La mujer solicita apoyo para la rehabilitación de su hijoFoto Silvia Chávez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 12 de diciembre de 2013, p. 37

Naucalpan, Méx., 11 de diciembre.

La vida de Félix dio un giro inesperado el 4 de octubre pasado. Se dirigía a su trabajo de jardinero en el panteón Francés, en el Distrito Federal, a bordo de un autobús de la línea México-Tacuba-Huixquilucan y Anexas que lo llevaría a la estación del Metro Cuatro Caminos. Momentos después era uno de 21 lesionados por la volcadura ocurrida en el kilómetro 13 de la carretera libre Naucalpan-Toluca.

El accidente dejó 14 muertos y 25 heridos, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado de México. Dos meses después la cifra de muertos aumentó a 19; el deceso más reciente fue el de Elpidio Miguel Santiago, el fin de semana pasado. El chofer, Luis Fernando Mendoza Arcos, de 23 años de edad, sigue prófugo.

La mayoría de las víctimas eran trabajadores de la construcción, empleadas domésticas, vigilantes y estudiantes, todos de escasos recursos, vecinos de Huitzizilapan, municipio de Lerma, y San Francisco Chimalpa, Naucalpan, entre otras comunidades.

Félix, de 26 años de edad, padeció traumatismo craneoencefálico, fracturas en la clavícula izquierda y en la pierna derecha. Lo dieron de alta después de dos meses, pero quedó semiparalizado; no puede abrir los ojos ni hablar, y su madre, María Francisca Pérez López, lo ayuda para sentarse por unos minutos.

El joven permaneció más de una semana en coma en el área de terapia intensiva de la Cruz Roja de Polanco –en el Distrito Federal– debido a un coágulo en el cerebro. Además, lo operaron para colocarle placas en la pierna rota.

Hoy Félix yace en un colchón sobre el suelo de la única habitación de su vivienda; se comunica con su familia mediante quejidos y lo alimentan con una sonda gástrica. Un hule con la frase Piensa en grande, de cuando el priísta Eruviel Ávila Villegas era candidato a gobernador, cubre la ventana del domicilio.

Félix está dado de alta. No podemos hacer nada más por él y no necesita más medicamentos, dijo personal del hospital de traumatología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Lomas Verdes, según familiares del paciente, quien fue enviado a su domicilio, ubicado a la orilla de un barranco, al que se llega por una vereda empinada, llena de piedras y grietas, en el asentamiento irregular llamado colonia Salinas.

Los familiares de Félix, descendientes de otomíes, han peregrinado por varios hospitales. El lesionado estuvo primero en la Cruz Roja de Polanco; luego fue enviado al hospital de traumatología del IMSS de Lomas Verdes, y desde la semana pasada está adscrito al hospital general Maximiliano Ruiz Castañeda de la Secretaría de Salud del estado de México, en Naucalpan, pero nadie sabe qué tipo de atención le darán.

Nos entregaron a Félix con una sonda que da al estómago. Nos dijeron que por ahí teníamos que darle de comer, pero nunca nos dijeron cómo, por eso decidimos darle de comer por la boca, explicó María Francisca.

El joven se mueve, las lágrimas bajan por su rostro, emite sonidos guturales y no puede abrir los ojos. Creo que tiene hambre; así poco a poco sabemos lo que necesita, comenta su madre, quien le cambia pañales y lo asea.

Félix Hernández, padre del lesionado, gestiona desde hace 15 días ante el IMSS y el hospital Ruiz Castañeda los tratamientos médicos para su hijo. Al igual que toda la familia, tiene la esperanza de que el joven pueda volver a valerse por sí mismo.

Se supone que debe recibir terapia, pero no sabemos qué hacer. Mi papá anda en esos trámites, comentó Laura Hernández, de 19 años de edad. Señaló que los gastos de la familia se han multiplicado: paquetes de pañales, cobijas y una silla de ruedas.

Empresarios de la línea México-Tacuba-Huixquilucan y Anexas no se dieron por enterados de que Félix fue dado de alta, aseguró Laura. La familia exige a la empresa que se haga cargo del tratamiento de rehabilitación del joven.

Una gasa le cubre la cicatriz de una traqueotomía. Así lo trajeron. Nadie nos ha dicho cómo ayudarlo, dijo Laura.

La Secretaría del Transporte del estado de México ordenó retener 40 unidades y suspender las operaciones de la empresa México-Tacuba-Huixquilucan y Anexas en la ruta Lerma-Cuatro Caminos para presionar a los concesionarios a fin de que solventaran gastos médicos e indemnizaciones; sin embargo, ya se les permitió volver a operar sin obligarlos a pagar los daños.

La empresa asumió los gastos médicos de pacientes ingresados a la Cruz Roja de Polanco, y ofreció un predio valuado en 50 millones de pesos en garantía de pago de indemnizaciones y de tratamientos poshospitalarios.

Hasta ahora sólo hay registro de seis familias indemnizadas. El resto siguen tocando puertas en busca de ayuda para sus lesionados, muchos de los cuales eran el principal sostén económico de sus hogares y han perdido sus empleos.