Sao Paulo, 9 de diciembre.

El enfrentamiento el domingo entre hinchas del Atlético Paranaense y del Vasco da Gama encendió las alarmas sobre la seguridad en los estadios, a seis meses de que se inicie la Copa del Mundo en Brasil.

El país del futbol no puede convivir más con la violencia en los estadios, escribió este lunes la presidenta Dilma Rousseff en su cuenta en Twitter.

Son alarmantes las escenas de peleas entre hinchas del juego Atlético Paranaense y Vasco. Esta violencia va contra todo lo que consideramos que es el futbol, un deporte de pasión, pero también de tolerancia, añadió.

Rousseff pidió que se garantice la presencia de la policía y prisión inmediata para los rijosos.

Las brutales escenas de la pelea con palos metálicos, golpes, puñetazos, empujones y patadas entre seguidores del Paranaense y el Vasco –descendido a la segunda división– se produjeron en el estadio de Joinville, en la última fecha del Campeonato Brasileño 2013. El partido tuvo que ser interrumpido por más de una hora.

Este lunes uno de los cuatro hinchas inicialmente hospitalizados continuaba internado y su estado es grave, confirmó un vocero del centro médico. Además, hubo seis personas detenidas, pero tres ya fueron liberadas.

La policía reconoció que no actuó a tiempo porque la seguridad estaba a cargo del club anfitrión Paranaense, que contrató a una empresa.

En Brasil, la policía militar siempre está a cargo de la seguridad dentro de los estadios, pero en noviembre la fiscalía de Santa Catarina señaló que ésta no debería actuar dentro, porque los partidos son una iniciativa privada, con fines de lucro, que debería tener seguridad privada, declaró la coronel Claudete Lehmkuhl, portavoz en esa ciudad.

Como ayer derivó en un acto criminal, la policía tuvo la obligación de intervenir porque la seguridad privada fue ineficaz. Esperamos que ahora se normalice esa situación, añadió.

La FIFA dijo este lunes que confía en el plan integral entre autoridades públicas y seguridad privada para el Mundial 2014, que se jugará del 12 de junio al 13 de julio.

Andrei Rodrigues, secretario especial para la seguridad del ministerio de Justicia, afirmó que estos hechos no se reproducirán durante el Mundial.