Aguascalientes, Ags., 3 de diciembre.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) inició una queja de oficio contra la policía ministerial del Estado (PME) debido a que sus agentes detuvieron a un niño de ocho años y frente a él golpearon a su madre y a la pareja de ella, informó Omar López Ovalle, titular de la institución.

Jessica Janeth Villalobos y su hijo fueron detenidos la mañana del viernes pasado y liberados casi 12 horas después; junto con ellos fue apresado el compañero de la mujer, al que identificó como Ricardo, pero debido a que no saben qué le ocurrió y decidieron presentar la reportar ante los medios.

Al darse a conocer el caso en los noticiarios la CEDH tomó conocimiento, mientras la Procuraduría General de Justicia del Estado no ha emitido su postura.

Según el menor, el 29 de noviembre dormía cuando los policías irrumpieron en su departamento del fraccionamiento Pilar Blanco, en el sur de la ciudad.

Al amigo de mi mamá le pegaron, le pusieron una bolsa en la cabeza, y a mi mamá le jalaron el cabello. Los policías me tumbaron de la cama y me ordenaron ponerme los tenis y un suéter para llevarme allá (a la sede de la corporación). A mi madre y a mí nos metieron a una celda. Al amigo de mi mamá le pegaban y le metían la cabeza en un bote de agua.

En entrevista colectiva el niño recordó: Había muchos policías en la casa y en el camellón; todos con cuernos de chivo (rifles AK-47) apuntando a la ventana, en el camellón. A mí me subieron en el carro dorado, en la parte de atrás, y a mi mamá le iban apuntando con el rifle.

Al ser liberados, por la noche, los amenazaron. Dijeron que si nos veían platicando con alguien a mí me iban a llevar al DIF (Sistema de Desarrollo Integral de la Familia) y a mi mamá la iban a dejar en las celdas, dijo el niño.

La madre, de 22 años, explicó que su hijo acudió a su casa a despedirse porque se iba a Estados Unidos y de repente irrumpieron los policías. Registraron mi casa, me preguntaban que dónde estaba la droga y el dinero; cuando les respondía que no sabía nada, me golpeaban y me decían groserías. Luego los policías se los llevaron a todos a la fiscalía estatal.