Opinión
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Balance de la Jornada

León espanta a los rivales y a las televisoras

Toluca puede ser el infierno para el América

E

l miedo de las televisoras que controlan el futbol mexicano estaba justificado: el León (y la cadena Fox) amenazan con romper ese duopolio que durante todo este tiempo se repartió el balón a su antojo.

Después de la goliza al Morelia, La Fiera espanta a sus rivales y también a las pantallas que ventajosamente se repartían los equipos, los ascensos, la liguilla y las finales en nuestro balompié.

El León se instaló con su sello en semifinales: futbol ofensivo y contundente. Más que cualquier otro equipo, los Panzas Verdes han sido fieles a un estilo. Cuando consiguió el ascenso, Gustavo Matosas decidió mantener la base. Fue algo que sorprendió a todos, en un medio acostumbrado a borrar ese plantel y jugar en primera con uno nuevo.

Gracias a ello, el medio nacional pudo conocer, entre otros, a Luis Montes y Carlos Peña (que meses después hasta al Tri llegaron) y también al Gallo Vázquez, quien anotó un golazo en el aplastante 4-0 sobre Monarcas. A ellos hay que sumar a William Yarbrough, un portero de altos vuelos.

Habría que agradecer a Gustavo Matosas dar esa oportunidad al futbolista mexicano, pero además es digno de destacar la forma de jugar de los Esmeraldas. Se trata del único equipo nacional que juega a un toque, lo que implica un gran trabajo táctico del timonel y técnica depurada del jugador.

León se instaló como favorito al cetro, con lo que el duopolio podría perder ese rating de la final que siempre tenía asegurado.

En esas aguas turbias del balompié nacional, la televisora del Ajusco compró al Atlas, un equipo simbólico de México. El duopolio fue el que prohibió la multipropiedad y el mismo duopolio lo permite ahora, mientras el grupo del magnate Carlos Slim pide reglas claras y que la ley sea para todos, algo que no sucede en nuestras canchas.

León eliminó al conjunto del Ajusco y podría también imponerse al Santos, que es transmitido por esa misma señal, para beneplácito de esa apasionada afición que hace poco desconoció la playera nacional con tal de apoyar a los suyos.

Si los leoneses soportaron 10 años en el ascenso, los seguidores celestes han sufrido más. Mucho se habla de que no ganan un título desde hace 16 años, pero resulta más dramático mencionar que sólo tienen un cetro en los pasados 33 años. Un campeonato en tres décadas provocaría cambios drásticos en cualquier lado, pero no será así en un club manejado como caja chica por Guillermo Billy Álvarez y representado ahora por un técnico tibio y jugadores a los que parece darles lo mismo perder o ganar.

Toluca fue de los equipos más regulares del torneo y lo ratificó en cuartos de final. Les bastó el primer partido para instalarse en semifinales y en la vuelta sólo sobrellevaron las acciones ante unos Cementeros sin alma, que esta vez por lo menos ya no ilusionaron falsamente a sus huestes con otra final.

Como se esperaba, aunque en el papel era el duelo del uno contra el ocho, la serie América y Tigres fue la más nivelada de esta fase.

Las Águilas siguen sin poder vencer a Tigres en partidos clave, esta vez ni aunque tuvieron ventaja numérica. El conjunto amarillo hizo valer su mejor posición en la tabla general, pero mucho deberá mejorar ante un Toluca que también es de los equipos que se les indigesta. Lo único positivo para el ave es que en esta ocasión José Saturnino Cardozo estará en la banca.

El cuadro del Tuca estuvo cerca de lograr la maldición del superlíder, pero hubiera sido mucho premio para un cuadro tan irregular toda la campaña.

Este lunes, como si se tratara de una crónica de García Márquez, los dueños anunciarán a Miguel Herrera como técnico nacional y aceptarán la venta del Atlas a pesar de que eso vaya contra su supuesta lucha ante la multipropiedad.

Pero las sonrisas terminarán el viernes, con un sorteo en el que se vislumbra un grupo de miedo para el Tri, aunque el entusiasta Piojo Herrera diga que la meta no es el quinto partido, sino el mismísimo campeonato mundial.

Mientras la liguilla y el Tri acaparan reflectores, los Leones Negros obtuvieron medio boleto para ascender a costa de un Necaxa que otra vez falló en el momento crucial. Es una buena noticia para un balompié tapatío en crisis y también para la UdeG, un equipo que nació grande y que brindó destellos de un futbol que, muchos años después, todavía se recuerdan.