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¿Continuará la violencia social?
L

a violencia social, entendida como los conflictos graves entre grupos que se mantienen unidos por alguna razón, o sin razón, que no siempre es fácil explicar, en cuanto a origen, y luego tampoco está a nuestro alcance la explicación ya difícil de por qué se mantiene en el mismo grado de rivalidad, o también resulta que no solamente no disminuye su extensión horizontal, sino que aumenta la intensidad de la lucha vertical. Este modelo de lucha entre las especies, que se fue consolidando y haciéndose menos acuática y más terrestre, se trasladó al hombre también, haciéndose así un satifactor imprescindible para la vida de los. grupos terrestres.

Pero esto no podía quedar de ese modo, sino que fue arraigándose hacia dentro de los propios grupos humanos y causó su disminución cuantitativa; fue acercándose a sus aliados hasta que fueron aumentando. Fue la dependencia uno del otro, hasta hacerse en y por sí mismos enemigos al ir ya peleando por las lagunas y las tierras de las que antes vivieron; ya por las montañas esta lucha se fue complicando, constituyéndose bloques de lucha que sólo se aproximaban para quitarse el alimento unos a otros, y luego haciendo una lucha constante más y más fuerte, dependiendo también cada vez más de los que tenían algún excedente; sin embargo, de otras formas de intercambio, que no fue necesariamente de escenarios de lucha, la que, por cierto, se iba configurando, lo que quedaba fuera de los tratados comerciales, en más bárbara y más brutal y, contrariamente a lo que conseguían en industria y agricultura más consolidadamente, y también más tranquilamente, progreso de cada país, fueron adoptando procedimientos más evolucionados tratados de comercio, mientras que cotizaban, mediante tratados de comercio e intercambios más sujetos a leyes y reglamentos, que propiciaron la creación de procedimientos más y más claramente restrictivos, que cuando llevaban a puntos de no regreso, se lanzaban a guerras, cuyos elementos, a su vez, propiciaron una verdadera planta de investigación de armamentos, e investigadores que desarrollaron una verdadera industria bélica, que creaban los caminos de regreso a la conquista por la fuerza, y no sólo por el intercambio pacífico. A medida que esta competencia entre alianzas y creación de verdaderos campos de guerra, sobre los que en la actualidad compiten las potencias militares.

Ello condujo a la creación de las organizaciones como la ONU, la más fuerte e todas, aunque no hay que dejar de ver y vigilar constantemente a otras semejantes como la OTAN, que es propiamente una organización militar que tiene gran poder, no solamente en el territorio que domina ­directamente.

Pero todo esto es no solamente curioso, como de las disputas y las guerras, de menor cuantía y poder, como una espiral hacia arriba, unos, y que suben y se amplían los otros, aquí sí que el que no sube, baja; el que no baja su poderío militar no tiene otro recurso que esforzarse por subir en cuanto a poder militar y de alcance civil si se refiere a él, sino quieren transitar los caminos del poder; entonces, bajan sus posibilidades, dividiendo a su propio país muy frecuentemente y provocando, como hemos dejado ver más arriba.

Lo peor es que la formación de grupos en los países casi obliga a otros a ganar posiciones, por medio de la formación de sindicatos, cuando posee más recursos, o bien, en menor tamaño y poder, deviene la formación y el derrocamiento de líderes, más o menos violentamente. Luego los grupos dirigentes tienen sus propios medios y estilos de vida y de lucha, y entonces se complican las luchas, que se tornan en netamente políticas, y estas rivalidades producen tensiones sociales y no se sabe el sesgo y el alcance que pueden llegar a tener.

Los nuevos gobernantes tienen que mantener un ojo en estas luchas que pueden llegar a ser peligrosas para la estabilidad de la fábrica o de la entidad política, que pueden incluso llegar a ser de gran escala, nacional o, internacional.

En México no solamente se han integrado con solidez y recursos los grupos al nterior de barrios o regiones, sino también de mayores alcances, y probablemente, también otros gobiernos fronterizos, al norte o al sur, están buscando alianzas con carácter internacional, de aquí para allá. O de allá para acá, y esta situación merece algo más que discursos, inteligentes y bien dichos, sino que también podríamos llegar a necesitar la acción más fuerte, ante gobernantes locales que se dice que son muy buenas gentes y que conocen su terreno, pero, y he aquí un pero: ni tienen experiencia política, ni tampoco tamaños para mantener al caballo amarrado con mecate fuerte.

Estamos empezando un régimen político que, y en hora buena, desde el jefe máximo de las instituciones hasta muchos, muchos jóvenes, con muchos deseos de participar, lo hace, y algunos lo hacen bien, pero México, dijo Pablo Neruda, no es ya un país de así nomás y, según la enfermedad, pues así también tiene que ser la medicina. Pero a la medicina la tiene que aplicar un médico, generalmente, muy decidido y, si es necesario, se tiene que llegar a la cirugía misma, y éstas muchas veces se complican y se requieren médicos con muchos conocimientos, mucho sentido de la oportunidad y de los tiempos, y sobre todo, aquello que algunos, no todos los presidentes de México, han sabido manejar con la decisión del caso, incluso enfrentándose a otros mandatarios cercanos a nuestra propia patria, con inteligencia y muy bien fundados argumentos, y que se conocen popularmente con el nombre de huevos.