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La ridícula idea de no volver a verte, nueva obra de Rosa Montero

El diario de luto de Marie Curie incita una reflexión sobre la muerte

Es el libro más libre que he escrito en mi vida, comentó en entrevista

 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de diciembre de 2013, p. 9

La historia de la ganadora de los premios Nobel de Física y de Química Marie Curie (Varsovia, 1867-Passy, 1934) nos permite reflexionar sobre qué es la vida y qué es la muerte, porque para llegar a alcanzar cierta serenidad, equilibrio y felicidad frente a la vida uno tiene que lograr también cierto acuerdo con la muerte, de la gente que quieres y la propia, afirma la escritora y periodista Rosa Montero en torno a su libro de reciente publicación La ridícula idea de no volver a verte (Seix Barral).

En entrevista con La Jornada, la autora charló en torno a este volumen, marcado por la hibridez de géneros y motivado por el diario que la física y química dedicó a su esposo, Pierre, tras su muerte, en 1906; además, se trata del primero que Montero (Madrid, 1951) escribió y publicó luego del fallecimiento de su marido, Pablo Lizcano, en 2009.

La escritora está de visita en México: primero participó en una charla con la periodista Cristina Pacheco y ayer presentó su nuevo libro en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

–¿Por qué elige como protagonista a Marie Curie?

–Por pura casualidad. Uno no escoge las historias que narra: éstas te escogen. Aparecen en la cabeza con la misma independencia que aparecen los sueños por la noche... Estaba escribiendo una novela que pasa en la selva centroamericana, me bloqueé y estaba horripilada... de repente, llegó esta petición de mi editora de hacer un prólogo de un libro diminuto –28 páginas– que hizo Marie Curie a la muerte de su marido.... un diario de duelo, de alarido, de pena. Yo empecé a leerlo y estalló la historia en mi cabeza, apareció el libro tal como es.

“Yo llegaba por biografía y por circunstancias: porque estaba cerca de los 60 años, había muerto mi pareja, estaba en ese momento en que empiezas a reflexionar sobre cómo es vivir, cómo vivir más plenamente, cómo se puede ser feliz, por qué hace uno lo que hace. Llevaba tres años dando vueltas a una serie de pensamientos y cuando vi el diario de Marie y su dimensión me di cuenta de que es una gran desconocida y que su historia es muchísimo más fascinante.

Pensé que me podía servir como gran pantalla para reflejar toda estas reflexiones, con la ayuda de su ejemplo, de cómo ella había solventado todos sus problemas, básicos para todos, hombres y mujeres; podía reflexionar sobre qué es la vida y qué es la muerte, porque para llegar a alcanzar cierta serenidad, equilibrio y felicidad frente a la vida uno tiene que lograrar también cierto acuerdo con la muerte, la de la gente que quieres y la de tu propia muerte.

Es una autobiografía, pero también una novela.

“Es el libro más libre que he escrito en mi vida. La madurez pasa por el hecho de conquistar más libertad frente a los deseos de los demás, a las presiones del mercado, a lo que la gente espera de ti, a la convención literaria, a los géneros. Tiene parte de todo, de biografía, poco convencional y muy narrativa; de autobiografía; de ensayo, también poco convencional; pequeñas partes de ficción; o sea, es como una chistera de mago, donde metes la mano y sacas un conejito, luego unas cintas de colores, unas flores.

Foto
Rosa MonteroFoto María Luisa Severiano

“Desde el principio yo sabía que tenía que ser una especie de diálogo, casi un murmullo, un susurro muy íntimo; en un rinconcito precioso, de una casa o de un sitio viendo el mar; con alguien muy querido con quien hablo de algo profundísimo, abriendo el corazón. No estoy hablando con Marie Curie, estoy hablando con ese alguien, ese otro, y estoy ayudándome con Marie Curie a explicar el mundo, a entenderlo.

Siempre hablas con los muertos. Todos los muertos los llevamos, no se mueren del todo, los llevamos toda la vida. Por eso decía Amos Oz, el escritor israelí, buenísimo, que los judíos lo tenían muy jodido, porque como tenían tantos muertos cercanos llevaban una masa aplastante detrás. No es malo llevar a los muertos, al contrario, a mí me parece una cosa maravillosa, que los muertos vivan contigo está muy bien.

Ante la cita a Alice Munro, la sonrisa ferozmente alentadora, Montero se carcajea.

“Me encanta que le hayan dado el Nobel. Sus cuentos son maravillosos. No sé si será, como digo en el libro, un producto del sexismo esa sensación de la debilidad emocional de los hombres, el secreto mejor guardado: todas la tenemos. Los hombres pueden subirse al Everest, matarse en las guerras, hacer cosas increíbles, pero en lo emocional me parecen unos niños. Anteayer, en la Feria del Libro de Miami dije: Que se levante la mujer que no haya mentido alguna vez fingiendo que no sabía lo que sabía para que un hombre se sintiera más. Y todas afirmaron.

Heroína de una historia gloriosa

Es una historia épica sobre Marie Curie.

“Es una guerrera, una heroína. En realidad estoy contando una historia de una épica brutal, la de ella. Marie Curie, al ponerla de contrapunto a nosotros estoy hablando de que toda la vida es épica. La vejez es el gran momento épico del ser humano: vivirla con dignidad, con plenitud. Aspiro con este libro a encontrar la serenidad, vivir con plenitud el instante. Soy de una generación donde se hablaba de eso, la sicodelia, el carpe diem, una idea desde los griegos, pero vivirlo de verdad, que no sea algo voluntarista, tener esa serenidad, de que todas tus células sean capaces de hacerlo, de regocijarse de estar vivos es maravilloso.

El duelo y la tristeza forman parte de la vida. Uno de los grandes aprendizajes es qué hacer con eso. Como antes o después vas a tener tus dosis de dolor, lo que hay que aprender es qué vas a hacer con eso para que no te destruya. No estoy diciendo que sea fácil, vivir no lo es.

Con este libro reflexiona en torno a la escritura.

Para mí, la escritura de ficción es como un esqueleto exógeno que me mantiene en pie. Sin eso, muchos escritores tenemos la sensación de que nos romperíamos. A mí me da por escribir, pero creo que el arte es igual... es el mismo impulso de intentar colocar el mal y el dolor en algún lugar que no nos destruya. Al final siempre está el dolor, incluso en los libros cómicos. Lo haces contra la muerte y contra el dolor. He escrito libros muy humorísticos, porque me gusta mucho el humor como vía de expresión, pero aún así, ahí detrás está en la oscuridad.