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Ninguna autoridad rusa asume haber dado el permiso

Alud de críticas por baúl gigante de Louis Vuitton colocado en la Plaza Roja
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de noviembre de 2013, p. 32

Moscú, 26 de noviembre.

Ante el alud de críticas que provocó el montaje de un enorme baúl de la marca francesa de lujo Louis Vuitton en la Plaza Roja de Moscú, casi enfrente del mausoleo de Lenin, ninguna autoridad asumió este martes haber dado el permiso para llevar a efecto lo que se presentó más tarde como acto de beneficencia.

Así lo especifica la representación de la empresa en Rusia en su página web y subraya que no busca fines de lucro. Del 2 de diciembre al 19 de enero, el baúl –en realidad una sala de exhibición de nueve metros de alto por 30 de largo– estará abierta al público con una muestra de artículos que pertenecieron a gente famosa y el costo de los billetes será para la fundación Naked Hearts, que ayuda a niños discapacitados y fundó la modelo rusa Natalia Vodianova.

Vodianova –quizás este dato aporte elementos para entender por qué se eligió como beneficiaria a su fundación– es la novia de Antoine Arnault, hijo del presidente del grupo de lujo francés LVMH al que pertenece Louis Vuitton, Bernard Arnault.

Artículos de la marca que pertenecieron al zar Nikolai II, la legendaria Gretta Garbo, el insigne escritor Ernest Hemingway y muchos personajes más, en total 25 baúles históricos y 12 videoinstalaciones de artistas contemporáneos, estarán expuestos mes y medio en la Plaza Roja, considerada patrimonio de la UNESCO.

La aparición en el sitio más emblemático de la capital rusa de la sala de exhibición en forma de baúl causó indignación en muchos políticos miembros de la sociedad civil. La mayoría coincide en señalar que se trata de una insultante publicidad. Otros consideran que es una profanación de un lugar sagrado en la historia de Rusia, otros más la califican de agresión visual que impide ver las imponentes cúpulas de la Catedral de San Basilio.

Pero al tratar de dar con el responsable de la autorización un grupo de diputados de la Duma llegó a la conclusión de que es mejor no seguir buscando. Desmintieron cualquier implicación suya tanto la oficialía mayor de la presidencia como la alcaldía de Moscú y, por tanto, sólo queda el Servicio Federal de Vigilancia, que se encarga de la seguridad personal del presidente Vladimir Putin y de otros altos funcionarios, así como de la protección de sitios estratégicos como la Plaza Roja.

El servicio no hizo hoy ningún comentario. Tampoco lo hará cuando, para celebrar su 120 aniversario, las tiendas departamentales del famoso GUM, instalen en la misma Plaza Roja la primera feria navideña a partir del 1 de diciembre, que constará de 23 casitas como de juguete, una hilera de bancas en el centro y tiendas con comida, bebidas tradicionales y regalos, todo alrededor del enorme baúl de Louis Vuitton.