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La otra cara de la moneda es Márquez, de entrega apasionada

Las peleas del Canelo y Chávez dañan credibilidad: Beristáin

Juan Manuel buscará conquistar el título wélter de la OMB ante Bradley

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Juan Manuel Márquez recrea con una pera el golpe con el que noqueó a Manny PacquiaoFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. a15

Cuando entrena Juan Manuel Márquez parece un mago que se prepara para asombrar a su público. Lo hace concentrado, apenas mira a su alrededor, y toda su atención apunta a sus asistentes y a su mánager, Ignacio Beristáin.

El número más aplaudido en el gimnasio Romanza, en Iztacalco, es el golpe con el que el peleador noqueó a Manny Pacquiao, un brutal derechazo, el cual recrea contra una pera que termina destrozada.

El pugilista entrena con la entrega apasionada de un joven que apenas va por su primer título, y así lo ve su mánager. Tiene 40 años, 20 de carrera, y pareciera estar en el clímax un año después de que dejó en la lona al considerado el mejor libra por libra, Pacman, y a menos de dos semanas tratará de conquistar el título wélter de la Organización Mundial de Boxeo, en posesión de Timothy Bradley.

Es la otra cara de la moneda del boxeo, considera Beristáin, orgulloso de que su peleador trabaje con la entrega de quien siempre quiere algo más: una victoria, un quinto título, una hazaña.

Esa disposición lo hace confrontar a Márquez con lo que representan los peleadores sostenidos con publicidad y urgencia de estrellas rentables. Las recientes peleas de Saúl Canelo Álvarez y Julio César Chávez Jr. lo hacen evidente, considera el mánager.

Dejan al descubierto que hay intereses en el boxeo y que están dispuestos a hacer lo que sea para que ciertos pugilistas ganen de cualquier manera, dice Nacho, mientras Márquez suda copiosamente y asombra a su público.

Eso hace mucho daño al boxeo porque lastima su punto más sensible, que es la credibilidad, agrega con cierta parquedad; está atento al trabajo de su pupilo.

La victoria de Chávez ante Brian Vera, en California el pasado sábado, provocó molestia en muchos ámbitos, retoma Beristáin. El júnior volvió de una dolorosa derrota que le quitó lo invicto y el cinturón de peso medio, ante Sergio Maravilla Martínez.

Después vino el escándalo por el positivo que dio en consumo de mariguana y la sanción que lo obligó a estar lejos de los cuadriláteros. Se suponía que tenía que ser un retorno triunfal pero la pelea se le salió de las manos.

Beristáin no titubea: Chávez perdió. La sospecha de que ganó Vera deja un gusto desagradable, porque parece una injusticia para muchos y atiza un sentimiento de rechazo contra la figura del júnior.

Del otro lado de la moneda está Márquez, reconoce el preparador, una de las últimas esperanzas en el boxeo con credibilidad. A pesar de sus 40 años y que en diciembre pasado había anunciado su retiro, tal vez aún tenga tiempo de vida útil. Todo dependerá de lo que ocurra el 12 de octubre ante Bradley y, entonces sí, advierte Bersitáin, nadie sabrá lo que sucederá. Quizás ni el mismo Márquez.