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El director Frank Castorf lleva la tetralogía del compositor al Festival de Bayreuth

Fustigan al enfant terrible del teatro alemán en el templo de Richard Wagner

Abucheos y gran éxito de la música contrastan en el montaje de El anillo del Nibelungo

El uso de metralletas hizo que un espectador fuera evacuado durante la escenificación de Sigfrido

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Los principales periódicos alemanes arremetieron el martes contra el director de teatro Frank Castorf, considerado por muchos como un genio y por otros como el enfant terrible de la escena contemporánea, debido a la consternación que causó el montaje de Sigfrido, tercera ópera de la Teatralogía de Richard Wagner. Además de epítetos y descalificaciones, se imprimieron frases como ésta: la escena sólo habla de sexo, petróleo y videojuegos. En la imagen, Castorf, con Katharina Wagner (centro) y Eva Wagner-Pasquier, directoras del Festival de Bayreuth, cuya gestión está en entredicho, durante la conferencia de prensa del 25 de julio, donde anunciaron la inauguración del encuentro en honor de WagnerFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de agosto de 2013, p. 4

Salzburgo, 31 de julio.

Sigfrido, tercera parte de El anillo del Nibelungo de Richard Wagner, puesta en escena por el director alemán Frank Castorf con cocodrilos y kalashnikovs, fue abucheado el lunes por la noche durante su estreno en el Festival de Bayreuth.

Un espectador debió ser evacuado en plena representación, después de que se mareara cuando el héroe Sigfrido acababa de matar, con ayuda de una metralleta, a su rival, el orgulloso gigante Fafner. En el programa, el público fue advertido de que durante la representación se utilizarían armas de fuego, prometiéndoles que no sufrirían daños en los oídos.

La interpretación que Castorf, de 62 años, hace de El anillo del Nibelungo ya dio de qué hablar los días anteriores: el estreno de El oro del Rin, el pasado viernes por la noche, fue silbado y Castorf, enfant terrible del teatro alemán, se negó a subir al escenario.

Similitud con filme de Tarantino

En Sigfrido, el huérfano del mismo nombre es criado por el enano Mime en una pequeña casa rodante a los pies del monte Rushmore, en Estados Unidos, en el que están esculpidos los rostros de Marx, Lenin, Stalin y Mao, en vez de los de los presidentes estadunidenses.

Los espectadores pasan del monte Rushmore, donde Sigfrido crece a la sombra del comunismo, a la famosa plaza de Berlín Este, la Alexanderplatz, antes de la caída del Muro.

En estos magníficos decorados, del diseñador serbo-croata Aleksandar Denic, los dos primeros actos de Sigfrido se asemejan a un filme de Quentin Tarantino, con un guión cautivante.

En el tercero, Castorf transporta a una atmósfera surrealista, donde dos cocodrilos gigantes copulan y luego devoran al pájaro del bosque que conduce a Sigfrido hacia Brunilda.

A pesar de las críticas, musicalmente la producción tuvo gran éxito. Todos los cantantes, entre los que se encuentran el tenor canadiense Lance Ryan, quien interpreta a Sigfrido, el barítono alemán Wolfgang Koch (El Viajero) y la soprano británica Catherine Foster (Brunilda), recibieron un caluroso aplauso.

La estrella de la noche volvió a ser el director de orquesta ruso Kirill Petrenko, de 47 años, quien debuta en Bayreuth. Ya fue ovacionado el sábado al terminar la puesta de Valquiria.